(Sábado 26-11-2011)
De todos los precandidatos de la mesa, es diego arria el más conspicuo de los agentes gringos. Este oficial de la inteligencia yanqui, ocupó altos puestos cabalgando la confianza de los servicios secretos del norte. Ahora trabaja en la oficina del gobierno de los estados unidos que tiene como objetivo yugular al Gobierno Revolucionario, a Chávez, y restaurar la condición de colonia.
De allí que sus actuaciones no pueden ser despachadas con un chiste, o descalificándolo por su falta de buena ética, eso es una candidez. Debemos ver sus actuaciones como la punta de un plan imperial de grandes proporciones y maléficas intenciones. Veamos.
Los capitalistas, que con sus siglos de dominación han aprendido mucho, asedian a los gobiernos que quieren derribar, no se conforman con una sola opción. Es así, aquí impulsan a los precandidatos de la mesa, que son sus lacayos, pero simultáneamente airean un plan violento, no abandonan las salidas extra constitucionales. El agente diego es el encargado de atizar el fuego de la salida golpista.
Si consideramos a la mesa como un germen de un poder paralelo, entenderemos que diegoarria es el brazo golpista, prepara las condiciones anímicas para el golpe, radicaliza la escena. Hasta kiko bautista se da cuenta de esto, se asusta y pelea con el agente diego, cuando debía hacerlo con los gringos que lo instruyen. Veamos algunos de los pasos del plan b de la mesa:
Uno, campaña de desprestigio contra Chávez. Los voceros gringos todos los días inventan barbaridades del gobierno, que no son de despreciar. Son ataques dirigidos a sensibilizar a su opinión pública y la manipulan con éxito: una encuesta reciente arroja que más del 50% de los gringos estaría de acuerdo con un ataque a Irán. Podemos deducir qué número similar tiene o tendrá la misma posición en los próximos días frente a un ataque al "ogro Chávez aliado de Irán."
La acusación en La Haya tiene doble sentido: sensibilizar la opinión gringa, y agitar la vena fascista de la base social escuálida. Ya se oyen, aún tímidas, las cacerolas de pinochet.
Dos, el plan b propone, no un gobierno constitucional, sino un gobierno de transición con la duración de dos a tres años. Esta junta de gobierno tendrá como objetivo desmontar todo lo que la Revolución ha adelantado, hacer otra Constitución cortada a la imagen y necesidad del capitalismo internacional, perseguir a nuestros dirigentes, "cazarlos como ratas".
La mesa se mueve hipócrita entre dos aguas: la democrática, que violarán a la primera oportunidad, y simultáneamente, con descarada impunidad, desarrollan el plan golpista. Ya se ponen de acuerdo en el principal punto que el imperio les exige, el petróleo, lo demás viene por añadidura.
¿Qué hacer? Lo primero, desechar la candidez de pensar que lo de diegoarria son hechos aislados de un maluco. Es un plan muy bien pensado. Lo segundo, alertar a la masa, organizarla, fortalecer al polo y al partido, aprestar la respuesta a los golpistas.
¡Si se meten con Chávez habrá combate!
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