OPINION - T/ Carolina Escarrá Gil11 marzo 2015 |
La Revolución Bolivariana y su expresión en el mundo, con la aplicación del socialismo bolivariano como ejemplo de que otro mundo es posible, está impulsada por el amor, la solidaridad, la justicia social, la libertad, la democracia participativa, lo cual se puede expresar en logros concretos reconocidos por organizaciones internacionales y, hasta aplicados en otros países soberanos que entienden que el sistema financiero que fundamenta la hegemonía imperialista va cada vez más en picada.
La reacción soberana venezolana frente a los ataques de todo tipo, con base en una estructura mediática dominada por ese estamento financiero que está perdiendo su poder hegemónico, frente a la baja del precio del petróleo y frente a la arremetida de la burguesía nacional transculturada, es una reacción adecuada a la escalada de amenazas contra nuestro país y contra Latinoamérica y el mundo.
Como en las sanciones anteriores, lo inmediato está en las siete personas que desde el pasado lunes dejaron de ser héroes anónimos, pero la amenaza mayor está en la mención a la contención de las expresiones de violencia patriarcal y de una comunidad conformada principalmente por mercenarios y paramilitares que pretendían imitar lo sucedido en Libia, Siria y otros espacios.
La verdadera amenaza que implica la República Bolivariana de Venezuela para el imperialismo es una contención al triángulo Miami-Bogotá-Madrid; a través de unas relaciones entre Moscú-Beijing-Celac. El centro de pensamiento (tercer elemento del Complejo Militar-Industrial mencionado en este artículo) Heritage Foundation en un estudio sobre el “Índice de la Fuerza Militar en Estados Unidos 2015” habla de la asociación estratégica de Rusia con Latinoamérica. Por su parte China no solo a efectos de la deuda estadounidense con ese país sino en sus relaciones con Celac. Y lo más importante, la unión latinoamericana. Al escribir este artículo se han pronunciado Evo, Fidel, Ecuador, acaba de culminar una Cumbre PetroCaribe y en anteriores oportunidades se han pronunciado Celac y Unasur.
Es este pueblo latinoamericano que se prepara frente a las balas mediáticas y financieras que lanza en su agonía un imperio decadente, este pueblo de camaradas llamaradas el que debe estar en alerta, preparado para empuñar la espada de Bolívar y el fusil de Chávez en la defensa de la Patria/Matria.
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