Por Modaira Rubio/ Coordinadora de la Plataforma de Periodistas y Comunicadores-Barinas/ Eco Popular Barinas/
El Alto Mando Político denunció con pruebas el plan de la ultraderecha criolla y el Departamento de Estado de EEUU para “aplastar” la Revolución Bolivariana: una conspiración que incluye magnicidio, caos, guerra e intervención militar extranjera.
La prensa burguesa con su “Blitzkrieg” mediática, ignora, banaliza y ridiculiza la denuncia para deslegitimar al Gobierno Bolivariano con una técnica propia de la propaganda fascista: responsabilizar al otro de los crímenes y errores cometidos.
Esta táctica militar aplicada al plano mediático, implica un feroz bombardeo inicial (falsimedia y rumores), seguido de fuerzas móviles
que atacan en tiempo real (redes sociales, mensajería de texto, boca a boca) para impedir que el enemigo (es decir nosotr@s) podamos tener una respuesta eficaz y una defensa coherente.
Así, volvemos a escuchar en las calles “la culpa es del Gobierno” y lo escuchamos en opositores y chavistas. La culpa es del gobierno por “no poner mano dura”; “la culpa es del gobierno que suelta a los guarimberos y permite la impunidad”; “la culpa es del gobierno que no aprieta la tuerca a los comerciantes”, dicen los chavistas; “la culpa es del gobierno que no sirve para nada”; “la culpa es del gobierno porque Maduro es colombiano”; “la culpa es del gobierno que es una dictadura castrochavista”, dicen los opositores. Lo más triste es que en la mayoría de los casos, l@s revolucionarios callamos “para no entrar en polémica” o simplemente porque no tenemos argumentos sólidos.
Es innegable que la denominada “guerra económica”, un desequilibrio enfermizo entre los dólares que ingresan por la renta petrolera y la especulación generada por la burguesía importadora en un país que no produce lo necesario para autoabastecerse, ha generado descontento y desgaste en la población.
Lo primero que debemos hacer es trazar una estrategia de defensa política en profundidad sustentada en escuchar el descontento de la
gente, para poder combatir la mentira con la verdad; la ineficacia con la eficiencia; los infiltrados con la denuncia; la injusticia con la
justicia; la corrupción con la solvencia moral revolucionaria.
La defensiva que siempre mantenemos ante la canalla mediática se requiere. Pero debemos hilar fino, quitar una a una las capas de la
cebolla y llegar al corazón de la guerra mediática: el sentir popular.
Durante los años de la presidencia de Hugo Chávez, el imaginario colectivo descartaba responsabilizar al Gobierno directamente de las fallas. Recordemos aquella consigna espontánea del pueblo en medio del golpe de 2002 y el paro petrolero: “con hambre y desempleo con Chávez me resteo”.
Si ahora tod@s somos Chávez, cada uno/a de nosotr@s debe ser un difusor de su mensaje, cada uno de nosotr@s, la artillería del
pensamiento.Y la línea nos la va a dar el mismo pueblo que está heroicamente resistiendo la antiPatria y el fascismo, por eso debemos
escucharlo.
@modairarubio
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