Presentación de la página dedicada a las mujeres colombianas ★
La apertura de esta página dedicada a las mujeres colombianas y nuestra americana por parte de las muchachas guerrilleras de las FARC-EP, es una hermosa aventura que merece nuestro pleno respaldo desde el Secretariado del Estado Mayor Central.
Ellas solas tienen méritos de sobra para asumir por cuenta propia esta tarea, para presentarla y defenderla sin necesidad de recurrir al aporte masculino. A pesar de ello, han resuelto invitarme de manera muy gentil, para que en mi condición de Comandante de las FARC-EP presente un saludo de bienvenida a todas y a todos sus lectores.
Su petición me honra sinceramente, al tiempo que significa un elevado compromiso. Puedo dar fe, por mi larga militancia en la organización, desde el primer escalón como guerrillero nuevo, hasta la asunción de la responsabilidad que me fue confiada tras la partida de nuestros inolvidables comandantes Manuel Marulanda y Alfonso Cano, de la participación permanente, abnegada, valiente, orgullosa, firme y heroica de la mujer colombiana en las filas guerrilleras.
Las he visto asumir todas las tareas de esta dura brega, como guerreras indomables en medio del combate, como cuadros ejemplares en la organización de masas, como talentosas integrantes de dirección en distintos escalones, como trabajadoras incansables en las rudas labores cotidianas. Y puedo decir que su desempeño físico, ideológico y político no tiene nada que envidiar al de sus compañeros hombres en la lucha, que su competencia y responsabilidad es idéntica y hasta superior en muchas ocasiones, que la fuerza de sus convicciones y su disposición a sacrificarlo todo por la causa constituyen el más bello aliciente para permanecer en la trinchera.
Mujeres así encarnan en la realidad el profundo sentido de la condición humana. Esta no se limita simplemente a llegar al mundo como producto del parto de una mujer, sino por encima de todas las cosas, implica sentir que la vida carece de sentido si permanecemos indiferentes a la injusticia sufrida por cualquier semejante para beneficio de otro.
Las compañeras que integran las FARC son la prueba fehaciente de que la mujer no sólo sabe conmoverse intensamente ante el sufrimiento ajeno, sino también luchar y entregarse hasta las últimas consecuencias porque ese sufrimiento sin sentido desaparezca para siempre. Entiendo que es esa la dirección trazada por ellas al asumir el reto de expresarse en la web. Cómo, desde su perspectiva de mujeres revolucionarias, pueden contribuir a ampliar la conciencia, a mover más gente a la lucha por un país y un mundo mejor, a acercar aún más el día del triunfo.
No se trata de una más de esas visiones de género que pretenden enfrentar las mujeres con los hombres, borrando las diferencias económicas, de clase, que se encuentran en el fondo de todas las adversidades y desgracias que soportan pueblos y naciones. Los varones opresores deben ser combatidos sin piedad, pero sin desconocer nunca que los núcleos dominantes del poder también están conformados por mujeres, tan ambiciosas y despiadadas como los más perversos burgueses. Madeleine Albright, Condoleezza Rice o Margaret Thatcher, son ejemplos de ello, como pueden serlo en el plano local personajes como Nohemí Sanín, Enilce López o la flamante ex ministra de defensa Martha Lucía Ramírez.
Las escuelas de feminismo que ignoran estas realidades tan amargas, trasladan la causa de los males sociales a escenarios erráticos que antes de servir para su solución contribuyen a su agravamiento. En las FARC hemos probado que la lucha de hombres y mujeres, hombro con hombro, sobre la base de la igualdad de derechos y oportunidades, intolerante con cualquier discriminación, no solamente es posible, sino que resulta necesaria para el logro de los objetivos de redención social, económica, cultural y moral de los pueblos.
Los instrumentos de dominación ideológica y política con que cuentan las clases dominantes se empeñan diariamente en desvirtuar la naturaleza de nuestra concepción socialista, bolivariana y revolucionaria. Los grandes medios de comunicación procuran mostrar a la mujer en las filas guerrilleras como un simple objeto manipulado por la perfidia de sus mandos. ¡Qué cantidad de infamias e infundios circulan sobre nosotros, sobre nuestro accionar y vida colectiva! Sin duda alguna que esta página jugará un papel destacado en la difusión de nuestra verdad, una verdad que no es otra sino la de los humillados y explotados que se han alzado a la lucha por la reivindicación de su clase, su pueblo, su patria y su especie.
Desde luego que como jefe de una organización político militar de tanta tradición y envergadura como las FARC-EP, son muchas las materias sobre las que podría y debería verter la opinión en este espacio. El conflicto colombiano, nuestra idea de la paz, la democracia y la justicia social, el desarrollo mismo de las conversaciones que se cumplen actualmente en La Habana, el paro agrario, la solidaridad despertada por el mismo en el país y el mundo, en fin, es enorme la lista de temas sobre los que cabría exponer nuestra posición. Si me dedicara ahora a ello, no sólo rebasaría la intención con que fue concebido este saludo, sino que estaría relevando de su propósito a las compañeras que precisamente con ese fin decidieron asumir esta misión.
Seguramente que más adelante podremos brindar nuestra colaboración en diversos sentidos. Confiando en que nuestras muchachas lograrán vencer la guerra cibernética desatada también contra nosotros con el objeto de impedir, mediante todos los procedimientos concebibles e inconcebibles, que las ideas enfrentadas al modelo universal de dominación puedan expresarse. Para todas ellas nuestro abrazo entusiasta y solidario desde la dirección nacional de las FARC, nuestra voz de aliento y nuestro apoyo. Para los lectores y lectoras nuestro agradecimiento por estar aquí, la reiteración de nuestra fe anti imperialista y anti oligárquica, y nuestra invitación a luchar, a perseverar en los esfuerzos por cambiar esto.
Tal y como van las cosas, la victoria en esta batalla no es solamente un sueño, un propósito o una meta. Es una necesidad vital para los pueblos, para la naturaleza y la especie humana. Es por eso que cada día repetimos con mayor ahínco: ¡Hemos jurado vencer!... ¡Y venceremos!
Timoleón Jiménez
Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP.
Montañas de Colombia, Octubre de 2013.
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