Telesur
El Partido Revolucionario egipcio pidió la suspensión de los acuerdos con Israel porque Tel Aviv “intenta socavar y debilitar” a Egipto. Además, exigió la congelación de las relaciones con el Gobierno de Estados Unidos por ver al país africano como “un enemigo”, según informó el portal informativo egipcio Al Youm7.
La demanda la realizó Mahran Mahmud, líder del partido, tras las declaraciones de funcionarios estadounidenses que muestran que “el Gobierno norteamericano considera a Egipto como un enemigo, así que no hay necesidad de continuar las relaciones entre los dos países”.
El diario estadounidense World Tribune, había afirmado, citando al senador republicano, Tom Massie, que Egipto es “el enemigo de Estados Unidos”.
El Gobierno egipcio “debe suspender sus relaciones con Washington, si no hay ningún cambio en la política de Estados Unidos hacia el país norteafricano”, dijo Mahmud a través de un comunicado.
La tolda política también exigió la suspensión de la sede diplomática de Washington en El Cairo, al comunicar que el desempeño de esta embajada carece de “honestidad y amabilidad”. Agregó que todas las actividades de la embajada “deben estar bajo vigilancia”.
Por otra parte, el Partido Revolucionario enfatizó la necesidad de adoptar una política hostil contra el Gobierno de Israel y la suspensión del acuerdo de Camp David, porque el régimen sionista “busca debilitarnos (…) Hay que luchar contra las conspiraciones de este régimen”.
El acuerdo de Camp David fue firmado por el expresidente egipcio Anwar El Sadat y el primer ministro israelí Menachem Begin el 17 de septiembre de 1978 tras doce días de negociaciones secretas con la mediación del expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, y mediante los cuales Egipto e Israel firmaron la paz en los conflictos territoriales entre ambos países.
A través de este tratado, Egipto se convirtió en el primer país árabe en sellar una paz “duradera” con Israel. Tanto el pueblo egipcio como varios países musulmanes de la región consideran este acuerdo como una “traición”.
Las relaciones entre El Cairo y Tel Aviv se deterioraron a raíz del levantamiento popular egipcio de 2011 que provocó el fin del Gobierno de Hosni Mubarak (1981-2011) y la llegada al poder de un islamista como Mohamed Mursi, derrocado por el Ejército egipcio el pasado 3 de julio.
Durante la revuelta, el pueblo egipcio saqueó la embajada israelí, sede que aún se encuentra cerrada. Desde entonces, los egipcios han organizados varias marchas, en todo el país, reclamando romper todo tipo de relaciones con los sionistas.
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