miércoles, abril 24, 2013
En edificios de la Gran Misión Vivienda la próxima meta es la organización popular
Caracas, 24 Abr. AVN.- Más de 373.000 casas ha concluido desde su lanzamiento en abril de 2011 la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), política de Estado dirigida a resolver el heredado déficit habitacional en el país. Es una cifra sin precedentes en la historia del país.
Tan solo en Caracas, se han levantado más de 16.000 viviendas, mientras que otras 33.000 están en construcción, precisó la semana pasada el ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas y director de la Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales (OPPPE), Francisco Sesto.
Ahora que han logrado lo que para la mayoría de estas familias era un sueño, tener su casa propia, se preparan para el reto de fortalecer la organización popular en los nuevos edificios, donde comparten con vecinos que en muchos casos son desconocidos, a fin de garantizar la convivencia, el mantenimiento de los espacios comunes y, sobre todo, el empoderamiento de la gente.
En el OPPPE 12, ubicado en Bellas Artes, Caracas, las 144 familias que residen en el lugar están en ese proceso organizativo. Íngrid Aguado, de 59 años, es vocera del nuevo edificio, levantado justo al lado del bulevar que conecta la estación del Metro con Parque Central.
Al edificio, cuyo nombre está proceso de definición aunque para ella será Rey de Reyes, en honor al comandante Hugo Chávez, se mudaron las familias el 27 de diciembre del año pasado. Llegaron allí tras estar dos años en refugios habilitados por el Estado, luego de perder sus casas por causa de las lluvias.
Aguado, junto con sus dos nietos adolescentes, proviene de la parroquia 23 de Enero, pero hay gente de diversas partes, como El Valle, Antímano y Los Frailes, por ejemplo, que residían en siete refugios. Es una de las líderes del edificio y está convencida de que la convivencia es algo que se construye. Por ello, y como integrante del Frente Francisco de Miranda, se ha dedicado a difundir entre sus vecinos, piso por piso, los pasos que deben seguir hasta lograr conformar el consejo comunal.
A partir de allí, podrán activar los proyectos socioproductivos que tienen en mente y para los cuales cuentan con locales en la planta baja: un Mercado de Alimentos (Mercal), Café Venezuela, una panadería y Farmapatria, que serían operados por los habitantes del edificio de cinco pisos.
Por los pasillos del lugar están los carteles, elaborados por la misma Aguado, convocando a una nueva reunión con el tema: El buen vivir de nuestra comunidad. Allí aspiran a concretar las normas para la convivencia, pagos de condominios, mantenimiento, limpieza, posibilidad de contratar ascensoristas, entre otros aspectos. Cuentan, además, con apoyo de estudiantes del Colegio Universitario de Caracas, cuyo proyecto social se enfoca en ese objetivo.
Confiesa que la tarea no ha sido difícil, pues algunas personas son apáticas, pero ella no ceja en su esfuerzo. La mueve el compromiso y agradecimiento con el comandante Chávez, consciente de la dificultad de adquirir un techo propio como el que hoy posee siendo una persona con tan pocos recursos económicos.
"Aquí estoy gracias a Chávez", señala como confirmación de esa lucha que hoy lidera, y frente a un pequeño altar con las fotos de personas importantes en su vida que, como ella dice, no los siente como fallecidos pues "todavía siguen conmigo". Allí están su hermana mayor, su madre, el Sagrado Corazón de Jesús y dos imágenes de Hugo Chávez: una con su boina roja y otra, la última conocida, con sus dos hijas mientras mientras se recuperaba de su intervención quirúrgica en La Habana.
En este edificio son pocos los apartamentos con la puerta cerrada. "Hola, vecina", dice todo aquél que pasa por allí a través de la reja. Es ese espíritu de camaradería y solidaridad que rescatan de los lugares donde siempre vivieron.
Cambio de vida
En el edificio Corazón de la Patria, en Parque Central, la coordinación también la asumió una mujer. Ledis Caucí, de cincuenta años, es la que se ocupa de liderar la búsqueda de la organización y la convivencia.
Con un nieto y su hija, llegó en diciembre pasado al apartamento 6-A de esta edificación construida por el Metro de Caracas, tras permanecer en un refugio del Ministerio de Comercio. Allí estuvo luego de perder su casa en San Agustín del Sur. De esta zona salieron con ella 32 familias, la mayoría de las cuales está en el nuevo edificio de 42 apartamentos, aunque también hay gente de otras zonas. Recuerda que quedan pendientes once familias por la adjudicación de sus casas.
Tras mucho esfuerzo, esta semana aspira a concretar la reunión para conformar definitivamente el consejo comunal. Ya cuentan con el Comité de Salud y, por lo pronto, se han organizado para que en cada piso, los habitantes garanticen la limpieza, mientras siguen en su lucha porque entren en funcionamiento los ascensores y se active el servicio de gas directo.
Cuando surge algún problema, ella interviene directamente para mediar con los involucrados y garantizar la paz. No duda en seguir esta lucha, pues sabe que hoy en día su vida cambió drásticamente y de manera increíble, gracias a un proceso revolucionario que lideró Hugo Chávez.
"No tengo palabras para decirte. Yo nunca iba a poder vivir en un sitio como este. Somos demasiados pobres. Toda mi vida viví en un cerro", cuenta y las lágrimas le quiebran la voz. "Y es bastante grande el cambio maravilloso que hemos tenido. Yo amo a mi Presidente así no esté. Toda mi vida lo amaré y lo recordaré por siempre. Solamente él hizo esto por nosotros los humildes y los pobres".
AVN
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