por Neirlay Andrade
Caracas, 10 Ene. AVN.- Gino González sube a tarima poco antes de la 1:00 de la tarde y suelta su vozarrón a una multitud que se ha volcado a las calles de Caracas para ratificar la avasalladora victoria del 7 de octubre, cuando Hugo Chávez Frías fue reelecto con 8,1 millones de votos.
"Voy a cantar un joropo que me duele en la lengua...", inicia Gino y el calor cobra sentido. Las banderas se agitan con más fuerza. "El asunto trata sobre la tenencia de la tierra....", sigue el cantor del Socorro.
Entre los compactos grupos van marchando los militantes del Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora. Alzan sus sombreros, pero el gesto se hunde en la explosión de manos y pancartas.
A las consignas tradicionales de los carteles se suma otro texto. No es una novedad; es más bien un recordatorio para los confundidos. Se trata del artículo 231 de la Constitución. Centro de las discusiones del último mes:
"El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia".
Ni la Asamblea, ni el TSJ: Chávez fue jurado por los suyos en cada esquina del centro de Caracas. Después del 7-O, el regreso de la marea roja a Miraflores no podía ser menos que una parranda.
El sol arrecia y González suelta una de las piezas más conmovedoras de 2012: "Somos los empobrecidos, los obreros, los del barrio, los que hacen los edificios pero viven en los ranchos..."
Los distraídos reaccionan y se suman al bochinche en la esquina Bolero. Han reconocido la canción. El coro se multiplica hasta convertirse en un bajo continuo: "Nosotros somos los pobres; todos nosotros con Chávez".
El último grito del cantautor guariqueño se convierte en una declaración de principios secundada por miles de ciudadanos que hoy presumían una improvisada banda presidencial en el pecho: "Nosotros somos chavistas; nosotros somos la calle".
Venezuela, capital mundial de la revolución
Isidro López es un jovencito, pero su cara labrada por el sol y las adversidades le da un aire de sabiduría de viejos. Es un campesino proveniente de Paraguay y va caminando entre la muchedumbre con su mate en mano.
"El pueblo venezolano ha salido a la calle a defender su revolución", dice con voz suave y rápidamente advierte: "Porque esta no es su revolución; es la revolución del continente".
Hace algunos años llegó a Venezuela, postulado por las organizaciones campesinas de su país, para estudiar en el Instituto Universitario Latinoamericano de Agroecología Paulo Freire, y con toda autoridad repite la frase que está de boca en boca por las calles de Venezuela: "Todos somos Chávez y todos los campesinos de Paraguay están apoyando a la Revolución Bolivariana".
Recuerda que su pueblo fue víctima del un golpe de Estado en junio del año pasado y confía en que las elecciones serán favorables a la izquierda paraguaya.
Isidro no duda de que este continente despertó del letargo al que lo sometió al oligarquía y ratifica la apuesta por la rebelión internacional: "Venezuela es la capital mundial de la revolución".
Esta Constitución la hizo el pueblo
Anita Castellanos se molesta cuando le dicen frases como "toma de posesión sin Chávez" o "jumento simbólico". Está revestida de tricolor patrio y llora sola al finalizar el puente Llaguno.
"Él está aquí, ¿sabe por qué? Porque cada uno de nosotros somos él; lo llevamos al lugar en el que está. No se olvide que somos más de ocho millones. Ese hombre está juramentado hace rato por nosotros".
Viene de Santa Teresa del Tuy y con la claridad de los que han releído cientos de veces la misma línea recuerda que "la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo".
"El pueblo es el que decide. La oposición está equivocada: la Constitución la hizo el pueblo. Ellos la quemaron en 2002 y hoy en día la utilizan para defender sus intereses".
Los retos para el mandato 2013-2019 para Ana son la lucha por las Misiones y la defensa de los derechos logrados.
Hace pausa y tras un suspiro hace un gesto para descartar lo que ha dicho y decir, ahora sí, cuál es la tarea: "No dejar morir esta revolución porque claro que existe por Chávez, pero primero está el pueblo".
La marcha hacia el socialismo
Walterio Lanz tiene todos los años de la tierra, del llano exactamente. Es un oriental perdido en las riveras del río Apure. Un rostro amable, de blanquísima barba blanca, es su carta de presentación.
Ha regado semillas por todos los rincones de este país y camina con una mirada atenta a cuanta matica se tropieza para dar explicaciones rápidas sobre qué son y cómo crecen a pesar de los caraqueños.
Sonriente echa un vistazo a su alrededor y declara: "Este es un mensaje bien puesto que le está dando la gente al departamento de Estado de Estados Unidos".
"Naturalmente que los idiotas de algunos sectores no entienden esto; no entienden este lenguaje", sentencia con desparpajo.
No le sorprende que la avenida Urdaneta esté desbordada de la marea roja y que al fondo, en la gran tarima, no esté Chávez. De eso se trata la tan mentada madurez política que los venezolanos han forjado en la última década.
"El pueblo está dando una línea con su presencia y alegría. Ha entendido y asumido el fondo de esta lucha: la dirección al socialismo. No hay otra".
Neirlay Andrade AVN
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