El documental del cineasta Rubén Hernández Rendón, «Concierto para Delinquir» continuó con sus presentaciones en el marco de las actividades que promueve el Fondo de Responsabilidad Social de Conatel a propósito de los 10 años del sabotaje petrolero y fue el Teatro-Ateneo Rubén Ismael Padilla de Punto Fijo, estado Falcón, la sede para llevarle al pueblo lo acontecido por aquellas fechas.
Marco Hernández, gerente de Comunicaciones Corporativas de Conatel y Raúl Primera del colectivo de trabajadores socialistas “Alí Primera” fueron los encargados del preámbulo para los asistentes quienes esperaron con ansias por la proyección del documental, financiado por el FRS, y que recoge punto a punto la actuación de los sectores empresariales, sindicales y mediáticos al servicio de la oligarquía venezolana en diciembre de 2002, pero que afortunadamente por la voluntad del pueblo pudo solventarse de manera satisfactoria.
Comienzo con una frase del gran Alí Primera: “Sólo le pido a mis camaradas que cuando tenga cuatro metros de tierra liberada me permitan seguir brazo en alto con la lucha…”, así inicio su discurso Marco Hernández y agregó: esa lucha debe continuar porque el pueblo puede perdonar pero no olvidar. Muchos protagonistas de este paro que por espacio de 63 días y 1500 horas de bombardeo mediático intentaron matar al pueblo y, 10 años después, son candidatos a puestos de gobierno como Capriles Radonski, Andrés Velásquez y Antonio Ledezma. ¿Se imagina que sería de Venezuela si hubiesen consolidado sus objetivos con el paro?, se preguntó Hernández.
Hernández acotó: “todo lo tenían perfectamente medido, pero gracias a la voluntad valentía, ahínco y ganas de un pueblo que se sabe liderado por un proyecto de país elevado por el presidente Hugo Chávez, pudo dar al traste con las más oscuras intenciones de la oligarquía. Sin duda que en 2002 nació la verdadera victoria popular”.
Comprometidos y con rodilla en tierra
Esarvy Jiménez, Superintendente de PDVSA-CRP, con 32 años de experiencia en nuestra principal industria dio su testimonio. “Recuerdo que el 2 de diciembre de 2002 luego de una guardia nocturna, el relevo no llegó. Le preguntamos a uno de los gerentes y nos dijo: Si quieren se van, la industria se paraliza. Esto dejó en evidencia sus intenciones y sólo un pequeño grupo nos redoblamos por espacio de 12 horas diarias en 63 días de angustia, pero no paralizamos a la empresa. Lo importante es que no bajamos jamás la guardia y que cada día estemos en lucha. Recordar el sabotaje debe ser tarea de todos los días”.
Por su parte, José Wolff, del departamento de desarrollo Social de PDVSA indicó que “fue un zarpazo que la oligarquía quiso darle al pueblo, pero de Amuay a Cardón todos estuvimos listos para dar la batalla”.
José Herrera, del movimiento Tupamaro, fue claro al afirmar que “todos fuimos protagonistas de este documental, porque todos sufrimos en carne propia la intención de la rancia derecha venezolana. Queremos que cada uno asuma la responsabilidad y se castiguen como debe ser a los culpables de tanta maldad”.
Marco Hernández, gerente de Comunicaciones Corporativas de Conatel y Raúl Primera del colectivo de trabajadores socialistas “Alí Primera” fueron los encargados del preámbulo para los asistentes quienes esperaron con ansias por la proyección del documental, financiado por el FRS, y que recoge punto a punto la actuación de los sectores empresariales, sindicales y mediáticos al servicio de la oligarquía venezolana en diciembre de 2002, pero que afortunadamente por la voluntad del pueblo pudo solventarse de manera satisfactoria.
Comienzo con una frase del gran Alí Primera: “Sólo le pido a mis camaradas que cuando tenga cuatro metros de tierra liberada me permitan seguir brazo en alto con la lucha…”, así inicio su discurso Marco Hernández y agregó: esa lucha debe continuar porque el pueblo puede perdonar pero no olvidar. Muchos protagonistas de este paro que por espacio de 63 días y 1500 horas de bombardeo mediático intentaron matar al pueblo y, 10 años después, son candidatos a puestos de gobierno como Capriles Radonski, Andrés Velásquez y Antonio Ledezma. ¿Se imagina que sería de Venezuela si hubiesen consolidado sus objetivos con el paro?, se preguntó Hernández.
Hernández acotó: “todo lo tenían perfectamente medido, pero gracias a la voluntad valentía, ahínco y ganas de un pueblo que se sabe liderado por un proyecto de país elevado por el presidente Hugo Chávez, pudo dar al traste con las más oscuras intenciones de la oligarquía. Sin duda que en 2002 nació la verdadera victoria popular”.
Comprometidos y con rodilla en tierra
Esarvy Jiménez, Superintendente de PDVSA-CRP, con 32 años de experiencia en nuestra principal industria dio su testimonio. “Recuerdo que el 2 de diciembre de 2002 luego de una guardia nocturna, el relevo no llegó. Le preguntamos a uno de los gerentes y nos dijo: Si quieren se van, la industria se paraliza. Esto dejó en evidencia sus intenciones y sólo un pequeño grupo nos redoblamos por espacio de 12 horas diarias en 63 días de angustia, pero no paralizamos a la empresa. Lo importante es que no bajamos jamás la guardia y que cada día estemos en lucha. Recordar el sabotaje debe ser tarea de todos los días”.
Por su parte, José Wolff, del departamento de desarrollo Social de PDVSA indicó que “fue un zarpazo que la oligarquía quiso darle al pueblo, pero de Amuay a Cardón todos estuvimos listos para dar la batalla”.
José Herrera, del movimiento Tupamaro, fue claro al afirmar que “todos fuimos protagonistas de este documental, porque todos sufrimos en carne propia la intención de la rancia derecha venezolana. Queremos que cada uno asuma la responsabilidad y se castiguen como debe ser a los culpables de tanta maldad”.
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