Caracas, 02 Nov. AVN.- Como una bomba de tiempo calificaron las autoridades de la gobernación del estado Miranda al puente La Comunidad, ubicado en el sector El Encantado de Petare. En ese entonces "sólo le daban 3 meses, gracias a Dios nos duró 6 años", señala Raúl Rodríguez, miembro del consejo comunal Batea La Estación, y quien tiene 40 años viviendo en el sector.
Cuando el puente se cayó dejó incomunicado a más de 3 mil personas y "sólo vinieron a decirnos que no nos iban a ayudar", por lo que fue reparado por los habitantes del sector.
En el 2010 producto de las fuertes precipitaciones el puente volvió a caerse, esta vez la comunidad de El Encantado corrió con la suerte de que el vicepresidente de la República para el momento, Elias Jaua, visitó el sector y colocó en menos de 48 horas un puente de guerra.
Actualmente, trabajadores de la misma comunidad están colocando una pantalla atirantada con el fin de que el peso del barrio no cause deslizamientos de tierra y caiga sobre el río, se tiene previsto que esté culminada en 15 días.
Rodríguez lamenta que las autoridades de la gobernación de Miranda, a cargo de Henrique Capriles Radonski, "se llenen la boca hablando del poder popular y jamás han venido a visitarnos, nosotros somos igual a los que viven en las zonas donde están las personas con dinero", dice enfáticamente Rodríguez.
"Nosotros estamos cansados de que Capriles hable de puras promesas, necesitamos un cambio y eso lo representa una persona que nos tome en cuenta y que escuche nuestros problemas".
Rodríguez resalta que uno de los logros de la revolución ha sido la conformación popular. "Nosotros ahora tenemos la posibilidad de decirle a los técnicos e ingenieros si nos parece o no (viable el desarrollo de una obra) porque es la misma comunidad quien realmente sabe los problemas que se tienen".
Entre expresiones de esperanza, dice que anteriormente el pueblo no tenía la oportunidad de comentar u opinar sobre los proyectos que se ejecutaban, "porque siempre los ingenieros te respondían que ellos eran los que habían estudiado y que nosotros no teníamos que meternos".
Para Rodríguez estas respuestas causaban angustia, tristeza y decepción. Sin embargo, le causa emoción ver cómo ahora el pueblo es escuchado y tomado en cuenta. "Ahora somos nosotros los escuchados y seguirá siendo así porque el pueblo es quien manda".
AVN
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