martes, agosto 21, 2012
Cables muestran que EEUU tiene la intención de cazar a Assange
Kim Beazley, embajador de Australia en EEUU.
PHILIP DORLING / THE SYDNEY MORNING HERALD - Las cables diplomáticos desclasificados contradicen los comentarios del Ministro de Relaciones Exteriores, Bob Carr, quien ha rechazado las sugerencias de que EE.UU. planea extraditar a Assange por cargos derivados de la obtención por parte de Wikileaks, de documentos filtrados, militares y diplomáticos, de Estados Unidos.
La embajada australiana en Washington ha hecho el seguimiento de una investigación de los EE.UU. por espionaje, dirigida al editor de WikiLeaks, durante más de 18 meses.
Los cables publicados conforme a la legislación de libertad de información, demuestran que el embajador de Australia, el ex líder laborista Kim Beazley, ha hecho gestiones de alto nivel ante el gobierno de EE.UU. solicitando advertencias previas a cualquier medida para perseguir a Assange.
Informes para la Primera Ministra, Julia Gillard, y el Senador Carr también sugieren que el gobierno australiano no tiene, en principio, objeciones a la extradición.
El jueves de la semana pasada, Ecuador le concedió asilo político a Assange en su embajada en Londres, bajo los argumentos de que, de ser extraditado a Suecia para ser interrogado sobre acusaciones de agresión sexual, estaría en riesgo de ser extraditado a los EE.UU. más adelante, para hacer frente a cargos de espionaje o conspiración.
El Senador Carr ha rechazado repetidamente las sugerencias de que EE.UU. tenga algún interés en enjuiciar y extraditar a Assange. En junio también dijo en el programa ABC Insiders: “No he recibido algún indicio de que ellos tengan un plan para su extradición… Yo esperaría que EE.UU. no haga esto…”.
Sin embargo, la embajada australiana en Washington informó en febrero que “la investigación de EE.UU. sobre la posible conducta delictiva del Sr. Assange ha sido constante durante más de un año”. La embajada identificó una amplia gama de cargos criminales que EE.UU. podría entablar en contra de Assange, incluyendo espionaje, conspiración, acceso ilegal a información confidencial y fraude informático.
Diplomáticos australianos esperan que los cargos contra Assange serían cuidadosa y estrictamente definidos, en un esfuerzo por evitar conflictos con las disposiciones sobre libertad de expresión de la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU.
Los cables publicados muestran también que el gobierno australiano considera la posibilidad de la extradición tan suficientemente probable que, desde Canberra, el señor Beazley buscó asesoría de alto nivel en EE.UU. sobre “la dirección y el resultado probable de la investigación” y “reiteramos nuestra solicitud de asesoramiento temprano sobre cualquier decisión de acusar o solicitar la extradición de Assange “.
El pedido de advertencia antes de cualquier acción penal o de extradición, fue planteado anteriormente por los diplomáticos australianos en diciembre de 2010, cuando por primera vez confirmaron que Assange era el blanco de lo que los funcionarios del Departamento de Justicia de EE.UU. describieron como una investigación “sin precedentes”.
Los australianos en esa ocasión explicaron que un preaviso sería apreciado, “con lo que los ministros podrían responder de manera apropiada”. Se ha prohibido la publicación de las respuestas estadounidenses a los representantes de la embajada, sobre la base de que su divulgación podría “causar daño a las relaciones internacionales de la Comunidad”.
Grandes secciones en los cables publicados fueron redactadas por razones de seguridad nacional, incluyendo partes de los informes sobre el procedimiento de pre-corte marcial abierto contra el soldado del Ejército de EE.UU. Bradley Manning, quien está acusado de haber filtrado una gran cantidad de información clasificada a Wikileaks.
Diplomáticos australianos han puesto de relieve la referencia de la Fiscalía militar de EE.UU. sobre “varias conexiones entre (el soldado) Manning y WikiLeaks que forman la base de una acusación de conspiración” y la evidencia de que la investigación del Departamento de Justicia se ha dirigido “a los fundadores, los propietarios o administradores de Wikileaks ” por espionaje.
Sin embargo, la embajada no pudo confirmar una afirmación en un correo electrónico filtrado de la empresa de Inteligencia de EE.UU. Stratfor, de “que [tenemos] una acusación sellada contra Assange”.”No hay manera de confirmar la veracidad de la información a través de fuentes oficiales”, informó la embajada a Canberra en febrero.
Informes tanto para el senador Carr como para la Sra. Gillard, sugieren que el gobierno australiano no tiene ninguna objeción, en principio, a la extradición de Assange a los EE.UU.
En respuesta a cualquier pregunta sobre si el gobierno va a garantizar que si Assange pudiera regresar a Australia, no sería extraditado a los EE.UU., los ministros debían simplemente decir que “no es apropiado” hacer comentarios antes de una “decisión formal en cuanto al fondo del caso”.
El sábado pasado, la oficina del senador Carr siguió insistiendo en que la decisión de asilo del Ecuador y las circunstancias de Assange siguen siendo un asunto de Gran Bretaña, Ecuador y Suecia.
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