Tras hacer un recuento de los aciertos del festejo, el periodista atisba a concluir que igual de importante que la creciente identificación de los venezolanos con la historia patria fueron los hallazgos históricos hecho a través de la investigación de documentos de la época.
Este trabajo investigativo – que estuvo a cargo del Centro Nacional de Historia y el Archivo General de la Nación – se vio materializado con la publicación del libro Memorias de la insurgencia.
En el texto se ha corregido el discurso – contenido tanto en la historia elemental de Nectario María, como en la constitucional de Gil Fortul – según el cual los habitantes de La Vela y Coro abandonaron los poblados para seguir a los españoles cuando la expedición de Miranda arribó a esas costas en 1806. “La verdad es que hubo muchos que desafiaron las órdenes que dieron las autoridades españolas de abandonarlas, se quedaron y prestaron ayuda a Miranda y sus expedicionarios”, escribe el columnista.
Agrega que entre estos hechos considerados menores por la historiografía oficial, el texto también recoge el rol de las mujeres que colaboraron activamente con la independencia.
Igualmente relacionados con este episodio de la historia nacional se publicaron dos tomos que llevan por título De Ocumare a Segovia, Juicio militar a los expedicionarios mirandinos, 1806, “ que confirman la conducta de los mantuanos contra Miranda, de su cooperación económica al imperio español para su persecución, y de la participación de algunos en los juicios que terminaron colgando a veinte ciudadanos”, reseña el periodista.
En la misma línea de investigación, el Centro Nacional de Historia estudia la participación de las bases populares en los sucesos del 19 de abril de 1810, hasta el momento reflejados – afirma Díaz Rangel- como obra exclusiva de militares y mantuanos.
Las “causas de infidencia” resultantes de los juicios abiertos por orden de Domingo Monteverde en 1812, dirigidos hacia los sospechosos de haber intervenido en los sucesos de abril de 1810 y de apoyar al Congreso y al gobierno de la época, son el sustento que alimenta las investigaciones en curso.
“Entre las primeras revelaciones está que el papel del padre Madariaga no fue tan importante en la agitación popular, como el de algunos "agitadores" anónimos que estuvieron esa mañana movilizando en la plaza mayor contra las autoridades españolas”, comenta.
Para el columnista, el estudio de estos expedientes al calor del Bicentenario permitirá dilucidar interrogantes por las que la historia hegemónica no ha presentado más que desidia; la verdad sobre la confección de las listas de candidatos al Congreso de 1811 entre ellas.
“¿Por qué hombres como José Félix Ribas, Francisco Salas, José Félix Sosa, Gabriel de Ponte, tan activos el 19 de abril, el joven coronel Simón Bolívar no fueron incluidos? ¿Cómo se explica que Miranda haya sido seleccionado a última hora y en representación del desconocido poblado El Pao?”, son las interrogantes que deja abiertas el periodista y a cuyas luces pretende acceder a través de la labor indagatoria impulsada por el Estado en el proceso de reconstrucción histórica que caracterizó a esta celebración de 200 años de independencia.
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