En su columna Los Domingos de Díaz Rangel, el periodista y también docente universitario sostuvo que para la aprobación de dicha normativa fue necesaria la llegada a la presidencia de la AN, Fernando Soto Rojas, quien proviene de la generación de la lucha armada, conocedor como pocos de ese período de represión.
Indicó que los métodos de muerte y tortura nacieron en la Escuela de las Américas, en Panamá y luego los trajeronj a Venezuela, a comienzos del gobierno de Raúl Leoni (1964-1969).
También hizo referencia al libro Expediente Negro, de José Vicente Rangel, en el que se denuncia la violación sistemática de los derechos humanos, consumada por los gobiernos de la cuarta república en Venezuela.
Asimismo, mencionó otros textos como Desaparición Forzada, con la "lista parcial de secuestrados, torturados y asesinados por el régimen puntofijista", de Yahvé Álvarez y Oscar Battaglini, con el apoyo de María Teresa Tejero, Raquel Castro y Blanca de Vera.
Igualmente, Víctimas de la democracia representativa en Venezuela, de Raúl Zurita Díaz, "sobre la criminal represión que padecimos en Venezuela durante los años de la democracia representativa 1958-1998…"
Además, resaltó las investigaciones realizadas por Pedro Pablo Linarez, quien demostró de manera inequívoca que en aquella época se le hacía frente a una política de Estado cumplida sistemáticamente durante años por los cuerpos policiales y militares responsables de la represión.
“En el debate, la oposición objetó el período escogido, desde la caída de Pérez Jiménez hasta la elección de Chávez, pretenden que se alargue al presente. Es un contrasentido. Leyes similares en Argentina y Chile se limitan a los años de las dictaduras, cuando no fueron posibles las investigaciones policiales de esos crímenes ni los juicios a los presuntos responsables. Aquí en Venezuela hoy no es posible ocultar acusaciones de torturas y menos aún de eventuales crímenes políticos. No sólo el Ministerio Público y los jueces se ocupan de los mismos, sino que los medios y los partidos opositores están prestos a cualquier acusación y los ciudadanos afectados lo hacen públicamente”, escribió el periodista.
En su columna, Rangel manifestó que Clodosbaldo Russián, quien falleció pasado lunes 20 de junio, cuando se encontraba en Cuba recibiendo tratamiento médico luego de sufrir un Accidente Cerebro Vascular, estuvo hasta su muerte preocupado por la impunidad frente a tales crímenes.
Finalizó su columna dominical con un fragmento de una entrevista realizada a Russián y publicada en el Correo del Orinoco, el pasado 7 de febrero de 2011, respecto a la impunidad frente a tales crímenes
"Nosotros nos hemos equivocado todo este tiempo al no tener una política de Estado para investigar y esclarecer todos esos casos de asesinatos y persecución que hubo aquí por razones políticas…Yo me resisto a creer que aquí se hayan quemado todos esos expedientes y libros. ¡Eso tiene que estar disponible!, pero es que nunca se ha interrogado a nadie de los cuerpos represivos…No se ha investigado para castigar a quienes cometieron esos delitos, ni se ha divulgado lo que pasó", expresó Clodosbaldo Russián, en aquella entrevista.
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