La Paz, 24 ene (PL) La marcha que reclama la construcción de una carretera en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis) parte hoy de la localidad de Calamarca, en medio de incertidumbre sobre sus pretensiones.
Los caminantes, cuya cifra alcanza ya las cuatro mil personas, están cada vez más cerca de la capital del país, pero posiblemente más lejos de conseguir sus propósitos.
A pesar de las simpatías que dejan por donde pasan, de las voces de apoyo que se levantan en todo el país, y hasta del visto bueno del Ejecutivo, la movilización por la carretera enfrentará aún grandes obstáculos hasta conseguir el permiso para que se construya el tramo de vía.
Al final, los marchistas de la Confederación Indígena del Sur (Conisur) llegarán a La Paz, a la Plaza Murillo, y se entrevistarán con el presidente Evo Morales, pero eso no garantiza que el tramo de carretera entre Villa Tunari y San Ignacio de Moxos se vaya a construir.
El mandatario dejó entrever en más de una oportunidad que apoya la posición de los marchistas, que está a favor de la carretera por lo que significaría en cuanto a salud, educación y desarrollo para las comunidades de la región, pero una ley es siempre una ley.
Y esa misma disposición, la llamada Ley Corta 180, fue aprobada en octubre pasado, luego que otra marcha llegara a La Paz y se entrevistara con el gobernante.
Cierto que aquellos marchistas, de la Confederación de Pueblos del Oriente Boliviano (Cidob), estuvieron manipulados e influenciados por organizaciones no gubernamentales y la Embajada de Estados Unidos, según el propio Ejecutivo, pero darle marcha atrás al dictamen sería complicado.
Por el momento, Morales llamó a los líderes indígenas de la zona a hablar con claridad, a ponerse de acuerdo y aseguró que el presupuesto para la vía está garantizado.
Morales aseguró que es decisión de los pueblos que habitan en el lugar llegar a un consenso sobre la carretera, en una determinación que podría eternizar el conflicto porque, mientras unos abogan por la vía, otros se muestran completamente reticentes.
Con posiciones tan distantes es poco probable que unos y otros lleguen a un consenso, lo cual augura meses, y tal vez años, de disputa.
Según analistas consultados acá, el problema del Tipnis solo se resolvería si se realiza una consulta a los habitantes de la región, a los de los departamentos de Beni y Cochabamba -los involucrados en la disputa- o a nivel de país, porque el asunto atañe a todos los bolivianos.
Por ahora, la marcha se acerca a La Paz, ciudad a la que tiene previsto llegar en una semana.
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