La política antidroga mundial forma parte de los planes de desestabilización e injerencia del imperio norteamericano, así lo señaló Tareck El Aissami, ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, al referir que esto responde a una estrategia para atacar los gobiernos de la región.
Estados Unidos figura – en el informe de Naciones Unidas sobre drogas- entre los países responsables del incremento en el tráfico ilícito y consumo de estupefacientes, y como muestra en el 2011 creció el índice de consumo en la población estadounidense y cayeron las incautaciones de cocaína en ese país.
Durante el aniversario de la Oficina Nacional Antidrogas, acto celebrado en la ciudad de Caracas, señaló que este indicador "coloca en tela de juicio y en observación -por el resto de los países- el fracaso de ese gobierno y sus autoridades en esta gran tarea".
A partir del 2004, cuando Venezuela rompió los acuerdos de cooperación con la DEA, se duplicó el número de incautaciones de droga en todo el territorio nacional y se capturaron 75 jefes de organizaciones criminales vinculadas al tráfico ilícito de droga.
Además –en la lucha contra este flagelo- se instaló el primer Sistema Público Nacional para el Tratamiento de las Adicciones, siendo Venezuela el segundo país en Latinoamérica, después de Cuba, que cuenta con este programa de atención integral, destacó el Ministro.
Ante este panorama –El Aissami- se preguntó qué ha hecho Estados Unidos y quienes sirven al imperio norteamericano, los voceros de la oposición venezolana, para impulsar la lucha contra el tráfico de drogas, nada, descalificar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB)
Citando una denuncia hecha por el Jefe de Estado, destacó que "quienes hoy acusan con infamia al Ministro Rangel Silva son los voceros de los carteles del narcotráfico y los que fueron en el pasado cómplices del fracaso de las políticas antidrogas de Venezuela". |
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