El presidente ecuatoriano critica ante la OEA a las oenegés, los negocios de la comunicación y la CIDH
AFP / AFP / Aizar Raldes
En un discurso ante la 42ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el presidente de Ecuador, Rafael Correa, criticó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) porque -dijo- "no está al nivel de los cambios" que se están produciendo en América Latina.
"Estamos transformando estados burgueses, estamos cambiando esos estados aparentes en estados que velen por el interés general, estados de plastilina por estados reales", destacó el mandatario ecuatoriano.
En este sentido Correa dijo que la OEA no está a la altura de los nuevos tiempos, porque -según él- carece de un espacio de toma de decisiones a nivel presidencial y su burocracia funciona a veces al margen de la realidad continental.
Al igual que su homólogo boliviano, Evo Morales, Correa acusó a la OEA de ineficacia ante situaciones "coloniales" como la de las islas Malvinas que Argentina reclama a Reino Unido, o el embargo de EE. UU. a Cuba y la condena que sufren los cinco cubanos en cárceles de Estados Unidos.
Correa dedicó también una buena parte de su discurso a criticar el "oenegecismo" con sede en Washington, que "por más que se defina como sin fines de lucro, tiene muy claros intereses" influenciados por países hegemónicos y el gran capital, empezando -dijo- por los "monopolios" de la comunicación.
Según Correa, él y otros mandatarios son duramente cuestionados cuando no se someten "a los negocios de la comunicación", pero -según él- la dictadura de estos medios manipula, miente e injuria "día a día".
La OEA congrega a 35 países americanos, además de Canadá, que se unió al organismo en 1990, como vecino septentrional del hemisferio. Este año la Asamblea presenta ausencias notables, incluida la de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y parte de los cancilleres latinoamericanos.
EL director del diario el Telégrafo, Orlando Pérez, opina que esta organización ha perdido su prestigio en el continente y ha llegado el tiempo para Latinoamérica tomar decisiones propias sin la presión estadounidense
“Yo creo que la OEA ha perdido prestigio, presencia, autoridad y hasta cierto punto legitimidad en América Latina”, aseguró Pérez en declaraciones a RT.
El periodista continuó afirmando que “nadie de América Latina que considere que se están volando sus derechos, de que está en riesgo la democracia acude a la OEA”.
Al referirse a la manipulación que ejerce EE. UU. sobre el este mecanismo internacional, Pérez concluyó que “por lo tanto es momento para que incluso soberanamente, sin ser impuestos por ninguna política estadounidense, podamos discutir los latinoamericanos que tipo de leyes, normas, códigos, acuerdos, nos rigen en la región”
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