La cita será en Panamá el 10 y 11 de abril (Créditos: EFE)
Ingrid navarro Leonet.- La VII Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en Panamá el 10 y 11 de este mes, será un espacio donde estarán en posiciones antagónicas los países que luchan por su autodeterminación, por un lado, y por el otro Estados Unidos, que busca recuperar su influencia sobre las naciones latinoamericanas y caribeñas.
Ese panorama se agudizó con las distintas posiciones que ha generado el decreto del Gobierno del norte que declaró a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria a su seguridad nacional.
La orden firmada por el presidente Barack Obama, dada a conocer el 9 de marzo, ha producido una única reacción en los bloques de integración regional en defensa del derecho internacional, el llamado al diálogo y el rechazo a la injerencia como mecanismo para la resolución de los conflictos internos en Venezuela.
Según algunos internacionalistas, la declaratoria por parte de EEUU ha permitido aglutinar las posiciones de la mayoría de las naciones de la región en favor de Venezuela y constituye una oportunidad para avanzar hacia una mayor consolidación de los organismos de integración que fueron impulsados en su momento desde el país latinoamericano por el presidente Hugo Chávez, con el propósito de lograr una nueva arquitectura geopolítica y económica.
Esos organismos son la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), la Unión de Naciones del Sur (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Petrocaribe y un reformateado Mercado Común del Sur.
Cabe destacar que en la Alba se agrupan Antigua y Barbuda, Cuba, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Surinam y San Vicente y las Granadinas, mientras que Unasur reúne a Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
En la Celac concurren 33 países, que son Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago y Uruguay y Venezuela.
Unasur, por su parte, está integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Los 120 Estados que conforman el Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) ubicados en África, Asia, Europa y Oceanía, también emitieron un comunicado conjunto repudiando las agresiones del Gobierno estadounidense contra Venezuela, así como el Grupo de los 77 más China.
El Grupo de los 77 más China reafirmó la declaración adoptada en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno donde “se rechaza firmemente la imposición de leyes y reglamentos con un efecto extraterritorial y todas las demás formas de medidas económicas coercitivas, incluidas las sanciones unilaterales contra países en desarrollo”.
Moscú, como aliado estratégico de Caracas, emitió un pronunciamiento en el cual manifiesta su preocupación por la medida de EEUU que, estima, es una amenaza para la estabilidad democrática de Venezuela y “puede tener consecuencias muy graves para la situación en la región latinoamericana, en general”.
Para algunos analistas, los países de América Latina y el Caribe, especialmente las naciones que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, constituyen actualmente el escenario geopolítico entre EEUU y sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), contra China y Rusia por los vínculos económicos y de cooperación militar que han venido desarrollando las dos naciones asiáticas con una región en la cual tradicionalmente el gigante del norte ha ejercido el control.
La Otan es una organización política y militar constituida para mantener como aliados desde el punto de vista militar, económico y político a los países más poderosos del mundo que lindan con el norte del océano Atlántico.
Actualmente está integrada por 28 países: Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Canadá, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Estonia, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumania y Turquía.
El escenario militar. Un posible ataque militar de Estados Unidos contra Venezuela no ha sido descartado por distintos voceros, entre ellos el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello; el periodista y ex vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, y el diputado Saúl Ortega.
En ese sentido. el presidente de la República, Nicolás Maduro, ordenó en marzo un ejercicio militar conjunto que involucró a 60 mil de los 80 mil soldados y miembros de la Milicia, además de 20 mil venezolanos que se sumaron voluntariamente sin ser milicianos de la Fanb.
Solo en 15 días, según el ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López, 40 mil civiles se alistaron en la Fanb como nuevos milicianos luego del decreto del presidente Obama.
Rusia, desde hace varios años, ha cooperado militarmente con Venezuela, que actualmente cuenta con un sistema misilístico Buk, fabricado por el gigante ruso y que alcanza hasta 50 kilómetros de distancia y explora un área de hasta 180 km.
En la cumbre también estarán presentes los jefes de Estado de la Comunidad del Caribe (Caricom), quienes no han fijado posición como bloque frente al decreto de Estados Unidos contra Venezuela. Sin embargo, un día antes se reunirán en Jamaica con el Presidente estadounidense, en un encuentro cuyo tema central se estima será el energético.
La Cumbre de las Américas podría ser el escenario en el cual por primera vez los países del hemisferio, compartiendo una misma visión y corriendo iguales riesgos, rechacen la injerencia por parte de EEUU y echen por tierra las pretensiones del imperio de recuperar la zona que durante décadas ha considerado su “patio trasero”.
Ingrid navarro Leonet.- La VII Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en Panamá el 10 y 11 de este mes, será un espacio donde estarán en posiciones antagónicas los países que luchan por su autodeterminación, por un lado, y por el otro Estados Unidos, que busca recuperar su influencia sobre las naciones latinoamericanas y caribeñas.
Ese panorama se agudizó con las distintas posiciones que ha generado el decreto del Gobierno del norte que declaró a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria a su seguridad nacional.
La orden firmada por el presidente Barack Obama, dada a conocer el 9 de marzo, ha producido una única reacción en los bloques de integración regional en defensa del derecho internacional, el llamado al diálogo y el rechazo a la injerencia como mecanismo para la resolución de los conflictos internos en Venezuela.
Según algunos internacionalistas, la declaratoria por parte de EEUU ha permitido aglutinar las posiciones de la mayoría de las naciones de la región en favor de Venezuela y constituye una oportunidad para avanzar hacia una mayor consolidación de los organismos de integración que fueron impulsados en su momento desde el país latinoamericano por el presidente Hugo Chávez, con el propósito de lograr una nueva arquitectura geopolítica y económica.
Esos organismos son la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), la Unión de Naciones del Sur (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Petrocaribe y un reformateado Mercado Común del Sur.
Cabe destacar que en la Alba se agrupan Antigua y Barbuda, Cuba, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Surinam y San Vicente y las Granadinas, mientras que Unasur reúne a Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
En la Celac concurren 33 países, que son Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago y Uruguay y Venezuela.
Unasur, por su parte, está integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Los 120 Estados que conforman el Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) ubicados en África, Asia, Europa y Oceanía, también emitieron un comunicado conjunto repudiando las agresiones del Gobierno estadounidense contra Venezuela, así como el Grupo de los 77 más China.
El Grupo de los 77 más China reafirmó la declaración adoptada en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno donde “se rechaza firmemente la imposición de leyes y reglamentos con un efecto extraterritorial y todas las demás formas de medidas económicas coercitivas, incluidas las sanciones unilaterales contra países en desarrollo”.
Moscú, como aliado estratégico de Caracas, emitió un pronunciamiento en el cual manifiesta su preocupación por la medida de EEUU que, estima, es una amenaza para la estabilidad democrática de Venezuela y “puede tener consecuencias muy graves para la situación en la región latinoamericana, en general”.
Para algunos analistas, los países de América Latina y el Caribe, especialmente las naciones que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, constituyen actualmente el escenario geopolítico entre EEUU y sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), contra China y Rusia por los vínculos económicos y de cooperación militar que han venido desarrollando las dos naciones asiáticas con una región en la cual tradicionalmente el gigante del norte ha ejercido el control.
La Otan es una organización política y militar constituida para mantener como aliados desde el punto de vista militar, económico y político a los países más poderosos del mundo que lindan con el norte del océano Atlántico.
Actualmente está integrada por 28 países: Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Canadá, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Estonia, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumania y Turquía.
El escenario militar. Un posible ataque militar de Estados Unidos contra Venezuela no ha sido descartado por distintos voceros, entre ellos el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello; el periodista y ex vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, y el diputado Saúl Ortega.
En ese sentido. el presidente de la República, Nicolás Maduro, ordenó en marzo un ejercicio militar conjunto que involucró a 60 mil de los 80 mil soldados y miembros de la Milicia, además de 20 mil venezolanos que se sumaron voluntariamente sin ser milicianos de la Fanb.
Solo en 15 días, según el ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López, 40 mil civiles se alistaron en la Fanb como nuevos milicianos luego del decreto del presidente Obama.
Rusia, desde hace varios años, ha cooperado militarmente con Venezuela, que actualmente cuenta con un sistema misilístico Buk, fabricado por el gigante ruso y que alcanza hasta 50 kilómetros de distancia y explora un área de hasta 180 km.
En la cumbre también estarán presentes los jefes de Estado de la Comunidad del Caribe (Caricom), quienes no han fijado posición como bloque frente al decreto de Estados Unidos contra Venezuela. Sin embargo, un día antes se reunirán en Jamaica con el Presidente estadounidense, en un encuentro cuyo tema central se estima será el energético.
La Cumbre de las Américas podría ser el escenario en el cual por primera vez los países del hemisferio, compartiendo una misma visión y corriendo iguales riesgos, rechacen la injerencia por parte de EEUU y echen por tierra las pretensiones del imperio de recuperar la zona que durante décadas ha considerado su “patio trasero”.
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