El domingo, el profesor Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, estuvo en Zuccotti Park para hablar con los manifestantes, junto a otro economista, Jeff Madrick. Como los manifestantes tienen prohibido usar megáfonos, la multitud repitió los discursos de a una oración por vez para que las palabras llegaran a los que estaban más lejos. Stiglitz comenzó su discurso con una ocurrencia: “Me doy cuenta de que la pedagogía de tener que repetir lo que digo es muy valiosa, pero hace que el proceso sea mucho más largo”. Dicho como un verdadero economista.
“Hay un sistema en el que socializamos las pérdidas y privatizamos las ganancias”, continuó. “Eso no es capitalismo, no es economía de mercado, es una economía distorsionada que si la continuamos no vamos a crecer, no vamos a crear una sociedad más justa. Continuó el Nobel: “Antes de hablar de economía, quiero decir algo sobre la democracia. En julio estuve en España, hablando con los ‘indignados’. Ahí podía usar un megáfono, no tenía que pasar por esta cámara de ecos. ¡Es indignante que no puedan usar un megáfono! Tenemos demasiadas reglas que detienen la democracia y no suficientes reglas para que Wall Street se comporte bien. Ustedes deberían tener el derecho de manifestar sus opiniones sin ser arrestados y o que les lancen gas pimienta”.
En España dijo: “Tienen razón en estar indignados. El hecho es que el sistema no está funcionando bien. No está bien que tanta gente esté sin trabajo cuando tenemos tantas necesidades que llenar. No está bien echar a la gente de sus hogares cuando hay tantos sin techo. Nuestros mercados financieros tienen que jugar un rol importante. Se supone que deben ubicar el capital y manejar el riesgo, pero han mal ubicado al capital y crearon riesgo. Estamos pagando el costo de sus errores”.
Stiglitz siguió con su argumentación. “Una de las cosas que hicieron los bancos fue explotar a los estadounidenses más pobres a través de préstamos. Nosotros lo sabíamos. Hubo gente que trató de pararlo, pero Wall Street usó su poder político para detener a los que querían detenerlos. El FBI les dijo a los poderes que había una epidemia de fraude en el mercado hipotecario en 2004. Washington y la Reserva Federal tenía el poder para hacer algo. No lo hicieron”, y agregó el economista: “Después de que estalló la burbuja, el equilibrio de los derechos se distorsionó. Entonces ayudamos a los bancos en la creencia de que habría una vuelta a los préstamos. ¡Todo lo que hubo que una restauración de bonos! Si no restauramos las finanzas a la función que debe tener, no tendremos una recuperación fuerte. Las prácticas poco éticas fueron una importante contribución a la crisis y el futuro difícil que enfrentamos.”
(Publicado por Página 12, Argentina)
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