Unos 250 mil documentos fueron filtrados por el sitio web
28 noviembre 2010 Fuente: ABN
Los ficheros publicados enseñan que el Gobierno de Estados Unidos orienta a sus diplomáticos a espiar todo lo que se mueve en el mundo político internacional desde sus mejores aliados hasta sus peores adversarios
Los 250.000 documentos filtrados por el sitio web Wikileaks detallan los movimientos de Estados Unidos durante el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras, revela el diario español El País, uno de los periódicos derechistas que maneja el material sumamente sensible para la CIA.
Los ficheros publicados enseñan que el Gobierno de Estados Unidos orienta a sus diplomáticos a espiar todo lo que se mueve en el mundo político internacional desde sus mejores aliados hasta sus peores adversarios, detalla el portal web de Contrainjerencia.
“Los cables prueban la intensa actividad de ese país para bloquear a Irán, el enorme juego que se desarrolla en torno a China, cuyo predominio en Asia se da casi por aceptado, o los esfuerzos por cortejar a países de América Latina para aislar al venezolano Hugo Chávez”, escribe textualmente El País.
De igual forma se muestra que Hillary Clinton llegó a solicitar información sobre el estado de salud mental de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, cuyas opciones políticas no reflejan el servilismo esperado por Washington de sus interlocutores.Las víctimas del trabajo del personal de las agencias de inteligencia van desde el político extranjero con alguna perspectiva de ocupar puestos de importancia, hasta los más altos funcionarios de la ONU, entre ellos el secretario general de ese organismo, Ban Ki-moon.
Wikileaks ha entregado sus “tesoros” a cinco publicaciones –El País (España), The New York Times (EE UU), The Guardian (Reino Unido), Der Spiegel (Alemania) y Le Monde (Francia)– y pretende dar a conocer el conjunto este domingo a través de su propia web, a pesar de los ataques cibernéticos a su servidor que había sido agredido desde esta mañana.
Contrainjerencia destaca que ninguno de los órganos de prensa nombrados mantiene una actitud crítica hacia Estados Unidos.
Según la información publicada por estos diarios, el gobierno norteamericano quería tener casi una ficha policial de las actividades que desarrollaban algunos políticos y altos funcionarios.
En el caso particular de las elecciones de abril de 2008 en Paraguay, el Departamento de Estado pidió que se recabaran datos biométricos, huellas dactilares, fotografías, escáneres del iris, DNA “y otras singularidades” de todos los aspirantes, además de los números de las tarjetas de crédito, direcciones de correo, teléfonos y faxes.
El Departamento de Estado pidió además a su embajada –entonces encabezada por James Cason, ex jefe de la estación de interés yanqui en La Habana– que recolectara información sobre las relaciones de Paraguay con Cuba, Venezuela, China, Taiwán y Rusia, “y la existencia de yacimientos de hidrocarburos en la región del Chaco paraguayo”.
También exigían datos sobre tráfico de estupefacientes y la construcción de mezquitas en el país latinoamericano, limítrofe con Argentina, Brasil y Bolivia.
Según establece la normativa de la Organización de Naciones Unidas (ONU), es ilegal la actividad exigida por el Departamento de Estado a su personal en contra de Ban Ki-moon y otros altos representantes de la organización, de los que se pide detalles sobre la toma de decisiones en torno a los grandes asuntos mundiales.
No obstante, Washington pidió a sus diplomáticos que consiguiesen información de todos los funcionarios.
Fuente/AVN
28 noviembre 2010 Fuente: ABN
Los ficheros publicados enseñan que el Gobierno de Estados Unidos orienta a sus diplomáticos a espiar todo lo que se mueve en el mundo político internacional desde sus mejores aliados hasta sus peores adversarios
Los 250.000 documentos filtrados por el sitio web Wikileaks detallan los movimientos de Estados Unidos durante el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras, revela el diario español El País, uno de los periódicos derechistas que maneja el material sumamente sensible para la CIA.
Los ficheros publicados enseñan que el Gobierno de Estados Unidos orienta a sus diplomáticos a espiar todo lo que se mueve en el mundo político internacional desde sus mejores aliados hasta sus peores adversarios, detalla el portal web de Contrainjerencia.
“Los cables prueban la intensa actividad de ese país para bloquear a Irán, el enorme juego que se desarrolla en torno a China, cuyo predominio en Asia se da casi por aceptado, o los esfuerzos por cortejar a países de América Latina para aislar al venezolano Hugo Chávez”, escribe textualmente El País.
De igual forma se muestra que Hillary Clinton llegó a solicitar información sobre el estado de salud mental de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, cuyas opciones políticas no reflejan el servilismo esperado por Washington de sus interlocutores.Las víctimas del trabajo del personal de las agencias de inteligencia van desde el político extranjero con alguna perspectiva de ocupar puestos de importancia, hasta los más altos funcionarios de la ONU, entre ellos el secretario general de ese organismo, Ban Ki-moon.
Wikileaks ha entregado sus “tesoros” a cinco publicaciones –El País (España), The New York Times (EE UU), The Guardian (Reino Unido), Der Spiegel (Alemania) y Le Monde (Francia)– y pretende dar a conocer el conjunto este domingo a través de su propia web, a pesar de los ataques cibernéticos a su servidor que había sido agredido desde esta mañana.
Contrainjerencia destaca que ninguno de los órganos de prensa nombrados mantiene una actitud crítica hacia Estados Unidos.
Según la información publicada por estos diarios, el gobierno norteamericano quería tener casi una ficha policial de las actividades que desarrollaban algunos políticos y altos funcionarios.
En el caso particular de las elecciones de abril de 2008 en Paraguay, el Departamento de Estado pidió que se recabaran datos biométricos, huellas dactilares, fotografías, escáneres del iris, DNA “y otras singularidades” de todos los aspirantes, además de los números de las tarjetas de crédito, direcciones de correo, teléfonos y faxes.
El Departamento de Estado pidió además a su embajada –entonces encabezada por James Cason, ex jefe de la estación de interés yanqui en La Habana– que recolectara información sobre las relaciones de Paraguay con Cuba, Venezuela, China, Taiwán y Rusia, “y la existencia de yacimientos de hidrocarburos en la región del Chaco paraguayo”.
También exigían datos sobre tráfico de estupefacientes y la construcción de mezquitas en el país latinoamericano, limítrofe con Argentina, Brasil y Bolivia.
Según establece la normativa de la Organización de Naciones Unidas (ONU), es ilegal la actividad exigida por el Departamento de Estado a su personal en contra de Ban Ki-moon y otros altos representantes de la organización, de los que se pide detalles sobre la toma de decisiones en torno a los grandes asuntos mundiales.
No obstante, Washington pidió a sus diplomáticos que consiguiesen información de todos los funcionarios.
Fuente/AVN
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