ACTA
Desde el año 2005 el Observatorio del Derecho Social de la CTA realiza un informe sobre la conflictividad laboral en la Argentina. En esta ocasión sistematiza información correspondiente a 342 conflictos laborales desarrollados en el primer semestre de 2012.
Las características de la conflictividad laboral de este período estuvieron fuertemente condicionadas por dos aspectos concurrentes. Por un lado, una mayor dificultad para cerrar los acuerdos salariales por rama de actividad, que incluyeron medidas de fuerza de diversa intensidad promovidas por las organizaciones sindicales de alcance nacional (federaciones y uniones); por el otro, la consolidación de un escenario económico donde conviven sectores que presentan importantes niveles de crecimiento con otros que experimentan situaciones de crisis, y que se traducen en una fuerte conflictividad a nivel de las empresas derivadas de despidos, suspensiones o vaciamientos patronales.
Los conflictos en el sector público se incrementaron en un 20%, mientras que en el sector privado se registró una disminución del 14%.
El aumento de la conflictividad laboral en el sector público se explica casi en su totalidad por una mayor cantidad de casos a nivel municipal, principalmente originados en reclamos salariales y por las deficientes condiciones laborales en general (en muchos casos derivados de sistemas precarios de contratación).
Por su parte, en el sector privado se registra un descenso de los conflictos a nivel de empresa pero al mismo tiempo se produce un importante aumento de los conflictos por rama de actividad (de 34 en el primer semestre de 2011 a 51 en el 2012). En este caso, el incremento de la conflictividad por rama de actividad no puede dejar de vincularse con la ya referida mayor dificultad para negociar los acuerdos salariales.
En cuanto a los sujetos que llevan adelante la conflictividad laboral, sigue siendo mayoritaria la presencia de sindicatos de base o seccionales locales, que explican las dos terceras partes de la conflictividad total. Al igual que los años anteriores, sigue siendo muy relevante la cantidad de conflictos promovidos por trabajadores que no cuentan con ninguna representación sindical formal, o que llevan adelante sus acciones sin la presencia de la organización sindical existente.
Finalmente, las modalidades más utilizadas en el marco de los conflictos laborales han sido el paro de actividades y la realización de movilizaciones y marchas. En ambos casos, concentradas principalmente en los conflictos salariales. Por el contrario, en los conflictos por situaciones de crisis las medidas más recurrentes han sido la realización de piquetes y ocupaciones de los establecimientos, y los cortes de calles o rutas.
Otros datos:
La mayor cantidad de conflictos se concentraron en los meses de marzo a mayo, en los cuales se llevaron adelante la mayor parte de las negociaciones salariales, principalmente por rama de actividad.
En el primer semestre de 2012 el 54,4% se desarrollaron en la actividad privada, mientras que el 44,2% fueron impulsados por trabajadores estatales.
Los conflictos relevados en el primer semestre de 2012 se concentraron mayoritariamente en la administración pública, que explica casi el 30% del total. Por su parte, en el sector privado la mayor cantidad de conflictos correspondieron al transporte, almacenamiento y comunicaciones, y en segundo lugar a la industria manufacturera.
La mayoría de los conflictos laborales registrados a lo largo del semestre se ubicaron en las provincias de la Patagonia (30,3% del total), seguidos por los que se desarrollaron en el área metropolitana de Buenos Aires (21,4%).
En la actividad privada los conflictos continúan desarrollándose mayoritariamente a nivel de empresa, que explican casi el 70% de los casos registrados en este período.
La conflictividad laboral en nuestro país es llevada adelante principalmente por las instancias locales de organización, principalmente a través de los sindicatos de base o las seccionales. Este nivel de la organización sindical explica 2 de cada 3 de los conflictos registrados en este período.
La mayor cantidad de conflictos llevados adelante en el período respondieron a reivindicaciones económicas. En efecto, en casi el 38% de los conflictos existió algún reclamo de esta índole (aumentos salariales o por adicionales, apertura de paritarias, aumentos jubilatorios), seguido por las situaciones de crisis presentes en el 31% de los casos (despidos, suspensiones, deudas salariales, quiebras, vaciamientos).
La medida que se repite con mayor frecuencia es el paro de actividades, seguida por las acciones comunicacionales (denuncias públicas, volanteadas, etc), y en tercer lugar la realización de movilizaciones y marchas.
Los paros de actividades y las marchas y movilizaciones, se originaron principalmente en reivindicaciones salariales (39,6% y 42,2% respectivamente), los piquetes y ocupación respondieron a la adopción de medidas de crisis por parte de la patronal (45,5%), las medidas comunicacionales se originaron mayoritariamente como consecuencia de conflictos de representación (34,4%) y los cortes de calles y rutas para impulsar tanto reclamos salariales como vinculados a situaciones de crisis.
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