Según
el Palm Beach Post que reveló el escándalo, ya en abril último el brote
había sido vinculado a la muerte de 13 personas, con 99 personas
infectadas, entre ellas seis niños.
Jean Guy Allard
El peor brote de tuberculosis en los Estados Unidos en veinte años que
el estado de Florida trató de ocultar, ha sido ignorado por las
autoridades por afectar principalmente a pobres hombres negros, diez de
los cuales sólo se enteraron de su enfermedad cuando ya era tarde para
su curación.
Alertado, el gobernador de Florida, Rick Scott, hizo caso omiso de la
situación de la misma forma que lo hace hoy la prensa internacional que
oculta, por lo menos hasta ahora, la tragedia.
Según el Palm Beach Post que reveló el escándalo, ya en abril último el
brote había sido vinculado a la muerte de 13 personas, con 99 personas
infectadas, entre ellas seis niños.
A principios de este mismo mes, se había aprobado un recorte propuesto
por Scott en el departamento de salud del estado que incluía el cierre
del Hospital AG Holley, donde la tuberculosis se curaba por más de medio
siglo.
El 14 de abril el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC)
presentó un informe alertando las autoridades de la epidemia. Pero Scott
no valoró necesario, cuando informado, de suspender la decisión.
Se estima que hasta 3.000 personas podrían haber estado expuestos a la
cepa en los últimos dos años, “sobre todo en refugios para desamparados
de Jacksonville, cárceles, y una clínica de salud mental”, precisa el
Post. Sólo 253 de ellos han sido encontrados, de los cuales un tercio ha
sido dado positivo.
“El elevado número de muertes en este brote pone de relieve la necesidad
de la búsqueda activa de casos, una mejor información del público sobre
la tuberculosis, y la evaluación de todos los sitios con casos de
contagión”, instó inutilmente el informe del CDC, obtenido por el Post.
Aunque otro informe del CDC circulo entre los funcionarios de salud
pública, no han sido tomadas medidas concertadas, el aviso pasó
inadvertido y nada se ha hecho.
Cuenta el Post: “Fue cuando funcionarios del Departamento de Salud del
Condado de Duval se sintieron desbordado por el súbito aumento de la
tuberculosis que avisaron a los Centros de EE.UU. para el Control y
Prevención de Enfermedades. Creyendo que el brote afectaba sólo la clase
inferior (sic), los funcionarios de salud tomaron la decisión
consciente de no decirle a la gente, repitiendo una decisión que habían
hecho en 2008, cuando la misma cepa había aparecido en una casa de
acogida para las personas con esquizofrenia”.
Según el sitio web http://www.rawstory.com el público se enteró de la
epidemia solo en junio, después de que un hombre con un caso activo de
tuberculosis fue descubierto en un comedor de beneficencia de
Jacksonville.
En la Florida, los medicamentos para el tratamiento de un simple caso de
tuberculosis cuesta $ 500, pero si el paciente no los tome regularmente
y la enfermedad resiste a los medicamentos, el costo se dispara.
Señala el Post: “los ambulantes sin hogar, drogadictos, personas con
enfermedades mentales” son la mayoría de los enfermos de Jacksonville y
es casi imposible que se mantengan tomando sus medicamentos.” Con dos
años de tratamiento y decenas de pastillas al día, los costos médicos
podrían llegar a 275.000 dólares para cada enfermo.
La congresista Ileana Ros-Lehtinen tan propensa a formar escándalos
cuando situaciones afectan adversarios políticos, no ha hecho el menor
comentario sobre les hechos. Tampoco sus amigos del Congreso donde se ha
omitido alertar la nación.
RO
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