Chavez en la web

jueves, octubre 31, 2013

(VIDEOS) Presidente Maduro planteó ocho objetivos de Barrio Nuevo, Barrio Tricolor


Por: Agencia Venezolana de Noticias- Aporrea.org | Jueves, 31/10/2013 Credito: AVN Caracas, octubre 31 - 

En la nueva etapa del Plan Barrio Nuevo, Barrio Tricolor se plantean ocho objetivos que buscan transformar las comunidades del país y mejorar las condiciones de vida de las familias venezolanas. El presidente de la República, Nicolás Maduro, explicó que las dos primeras tareas de este plan radican en consolidar las comunas, entendidas éstas como formas de organización social para construir el Estado comunal, y en lograr una cultura para la paz y la convivencia en comunidad. El tercer punto, que Maduro consideró el eje principal del plan, busca proporcionar condiciones de vida digna para la sustentabilidad del barrio. Maduro indicó que, de acuerdo con diversos estudios, 10% de las comunidades del país están en condiciones de riesgo, por lo que manifestó la necesidad de darle más fuerza a este programa social, que busca atender los servicios de agua potable, aguas servidas y sistemas eléctricos, así como rehabilitar viviendas, sustituir ranchos por casas dignas y embellecer las barriadas del país. Al respecto,el jefe de Estado llamó a las comunidades a brindarle apoyo a este mecanismo. "Esto no lo puede hacer un solo ser humano, tenemos que hacerlo entre todos", afirmó. El cuarto objetivo establece la incorporación y defensa de la patria por la unión cívico militar; mientras que el quinto punto plantea la administración de los recursos y la logística para garantizar el desarrollo del Plan Barrio Nuevo, Barrio Tricolor. Al respecto, el alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, explicó que se prevé que sea la propia comunidad la que ofrezca el diagnóstico específico de cada zona, a fin de brindar una atención óptima. El sexto objetivo prevé generar la economía productiva comunal. Ante ello, Maduro señaló como factores de desarrolla la agricultura urbana, que recibiría el apoyo del Gobierno nacional. "Ya ese milagro se ha obrado, pero tenemos que llevarlo a un nivel de máxima expresión. Tenemos que convertir la fuerza popular que ustedes tienen gracias a la revolución, en fuerza productiva", afirmó el Presidente. El séptimo objetivo busca potenciar la organización, las fuerzas políticas y el Poder Popular; mientras que el octavo y último objetivo contempla la creación de un método de asambleas populares para el desarrollo de los proyectos planteados por la comunidad.


  




CNE y CEO preparan operativo de seguridad de a cara comicios del 8-D



Publicado el 31/10/2013
Funcionarios del Comando Estratégico Operacional (CEO) y el Consejo Nacional Electoral (CNE) se reunieron, durante este jueves, para organizar lo que será la movilización de efectivos de seguridad para las próximos comicios electorales del 8 de diciembre.

(VIDEO) Rodríguez Torres revela nuevos casos de corrupción del “Cadivismo”

Por: Prensa SIBCI / Aporrea.org | Jueves, 31/10/2013


EL MINISTRO PARA RELACIONES INTERIORES, JUSTICIA Y PAZ, MIGUEL RODRÍGUEZ TORRES
Credito: AVN
31 oct. 2013 - El ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, presentó en rueda de prensa cinco casos de fuga de divisas, a través de trámites con Comisión de Administración de Divisas (Cadivi).

El primero de ellos fue el de estafa al Estado a través de la emisión de remesas familiares, en este sentido anunció la detención del ciudadano de origen libanes, Mustafa Smaili, quien venía forjando desde hace tres años 732 expedientes de remesas, generando el desfalcó de 25 millones de dólares a la nación a través de Cadivi.

Smaili creo una empresa de maletín con la que emitía constancias de trabajo a 48 personas, quienes supuestamente eran los que enviaban las remesas a familiares en el Libano, éste número de implicados están siendo solicitados por la justicia venezolana.

En el caso de “Cadivismo”, como lo denominó el ministro Rodríguez Torres, era utilizada la empresa Italcambio, casa de cambio que colaboró con las investigaciones.

Rodríguez no descartó la posible complicidad con empleados de la empresa, afirmando que se siguen realizando las investigaciones.

Caso Mindeporte

Anunció que cinco personas han sido detenidas por usurpación de firmas de funcionarios de Mindeporte para trámites de divisas

Detalló que por este hecho, que representó un fraude de 60 millones de dólares, fueron detenidos por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) los ciudadanos identificados como Troisi Nicola, Ferraz José, Díaz Paúl, Andreasi Paolo y Azcarate Justino.

Rodríguez Torres explicó que se mantienen abiertos 31 expedientes por ese caso, de los cuales 5 han avanzado.

“Capturamos en flagrancia a estas cinco personas que fueron a introducir expedientes con firmas falsificadas de la ministra para el Deporte, Alejandra Benítez y dos funcionarios más del referido despacho, que son los que autorizan los trámites para la asignación de divisas a atletas de alta competencia que representan a Venezuela en competencias en el exterior”.

“Hay personas que vieron en Cadivi una fuente de enriquecimiento rápido y fácil”, expresó quien además adelantó que la próximo semana “se vienen, otros casos de muchos más envergadura y seguro serán un tubazo”.

Rodríguez Torres anunció que se giró una orden de captura contra el presidente de la Fundación Fondo Nacional de Transporte Urbano (Fontur), Miguel Ángel Rojas Uribe, quien a través de una empresa ficticia sustraía dinero de fondos públicos.

En horas de la mañana el Ministro había anunciado a través de Twitter que “hoy haremos importantes anuncios sobre la lucha contra la corrupción”.

Video Fuente: http://www.youtube.com/channel/UCh6EwGP2eRd-MAPBdyXqG6Q?feature=watch





POR QUÉ WASHINGTON NO SE PUEDE DETENER

Tom Engelhardt
Tom Dispatch

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

En términos de proyección de poder puro nunca ha habido nada parecido. Sus militares han dividido el mundo –todo el planeta– en seis “comandos”. Su armada, con 11 grupos de batalla de portaaviones, es la reina de los mares y lo ha sido sin que nadie le haya disputado el puesto durante casi siete décadas. Su Fuerza Aérea reina en los cielos del globo, y a pesar de haber estado casi siempre en acción durante años, no ha se ha enfrentado a un avión enemigo desde 1991 ni ha recibido un desafío serio desde principios de los años setenta.

Su flota de drones [aviones teledirigidos sin tripulación] ha demostrado que es capaz de atacar y asesinar a presuntos enemigos en las lejanías del planeta, de Afganistán y Pakistán a Yemen y Somalia, con poco respeto por las fronteras nacionales y ninguno por la posibilidad de ser derribado. Financia y entrena ejércitos que actúan por encargo en varios continentes y tiene complejas relaciones de ayuda y entrenamiento con militares en todo el planeta.

En cientos de bases, algunas pequeñísimas y otras del tamaño de ciudades estadounidenses, sus soldados están establecidos en todo el globo, de Italia a Australia, de Honduras a Afganistán, y en las islas, de Okinawa en el Océano Pacífico a Diego García en el Océano Índico. Sus fabricantes de armas son los más avanzados en la Tierra y dominan el mercado global de armas. Su armamento nuclear en silos, en bombarderos y en su flota de submarinos sería capaz de destruir varios planetas del tamaño de la Tierra.

Su sistema de satélites espías no tiene igual y no es desafiado. Sus servicios de inteligencia pueden intervenir los llamados telefónicos o leer los correos electrónicos de casi todos en el mundo, desde altos dirigentes extranjeros a oscuros insurgentes.

La CIA y sus fuerzas paramilitares en expansión son capaces de secuestrar a las personas que les interesan prácticamente en cualquier sitio, de la Macedonia rural a las calles de Roma y Trípoli. Para sus numerosos prisioneros ha establecido (y desmantelado) prisiones secretas en todo el planeta y en sus naves. Gasta más en sus fuerzas armadas que los siguientes 13 Estados más poderosos juntos. Si se agregan los gastos para su Estado total de seguridad nacional, es superior a cualquier posible grupo de naciones.

En términos de poder militar avanzado e indisputable, no ha habido nada como las fuerzas armadas de EE.UU. desde que los mongoles barrieron a través de Eurasia. No es sorprendente que los presidentes estadounidenses utilicen regularmente frases como “la mejor fuerza de combate que el mundo ha conocido” para describirlas.

Por la lógica de la situación, el planeta debiera ser pan comido. Naciones más pequeñas, con fuerzas mucho más pequeñas han controlado, en el pasado, vastos territorios. Y a pesar de mucha discusión de la decadencia de EE.UU. y de la disminución de su poder en un mundo “multipolar”, su capacidad de pulverizar y destruir, matar y mutilar, hacer volar y aplastar no ha hecho más que amentar en este nuevo siglo.

Ningunas fuerzas armadas de otra nación le llegan a los talones. Ningunas tienen más que un puñado de bases en el exterior. Ningunas tienen más de dos grupos de batalla de portaaviones. Ningún enemigo potencial tiene una flota semejante de aviones robóticos. Ninguno tiene más de 60.000 miembros en sus fuerzas de operaciones especiales. País tras país, no hay competencia discutible.

El ejército ruso (ex “Rojo”) es una sombra de lo que fue. Los europeos no se han rearmado significativamente. Las fuerzas de “autodefensa” de Japón son poderosas y crecen lentamente, pero bajo el “paraguas” nuclear estadounidense. Aunque China, regularmente identificada como el próximo Estado imperial ascendente, está involucrada en un fortalecimiento militar del que se hace mucho alboroto, con un portaaviones (reciclado de los días de la Unión Soviética), sigue siendo solo una potencia regional.

A pesar de esa deslumbrante ecuación de poder global, durante más de una década se nos ha dado una lección sobre lo que unas fuerzas armadas, por aplastantes que sean, pueden y (en su mayoría) no pueden hacer en el Siglo XXI, y en lo que unas fuerzas armadas, no importa cuán sorprendentemente avanzadas, pueden y (en su mayoría) no pueden traducir en la actual versión del planeta Tierra.

Una máquina de desestabilización

Comencemos por lo que EE.UU. puede hacer. Al respecto, el historial reciente es claro: puede destruir y desestabilizar. De hecho, cada vez que el poder militar de EE.UU. ha sido aplicado en los últimos años, cuando ha habido algún tipo de efecto duradero, ha sido desestabilizar regiones enteras.

En 2004, casi un año y medio después de que las tropas estadounidenses entraran a un Bagdad saqueado y en llamas, Amr Mussa, jefe de la Liga Árabe, comentó ominosamente, “las puertas del infierno se han abierto en Irak”. Aunque para el gobierno de Bush, la situación en ese país ya se estaba desarrollando, en la medida en que alguien prestara atención a la descripción de Mussa, esta parecía exagerada, incluso ultrajante, al ser aplicada a Irak ocupado por EE.UU. Hoy, con el último cálculo científico de muertes iraquíes causadas por la invasión y la guerra ascendiente a 461.000, más los que siguen muriendo allí, y con Siria en llamas, parece una especie de eufemismo.

Ahora es evidente que George W. Bush y sus principales funcionarios, fervientes fundamentalistas en lo que se refiere al poder de las fuerzas armadas de EE.UU. de alterar, controlar, y dominar el Gran Medio Oriente (y posiblemente el planeta) lanzaron una transformación radical de la región. Su invasión de Irak abrió un agujero en el corazón de Medio Oriente, provocando una guerra civil suní-chií que ahora se ha propagado catastróficamente a Siria, y ha costado más de 100.000 vidas en ese país. Ayudaron a convertir la región en un agitado mar de refugiados, a otorgar vida y significado a un al Qaida en Irak previamente inexistente (y ahora a una versión siria del mismo), y dejaron al país a la deriva en un mar de bombas al borde de la ruta y de atacantes suicidas, y amenazado, como otros países de la región, por la posibilidad de dividirse.

Y eso es solo una breve reseña. No importa si se habla de desestabilización en Afganistán, donde las tropas de EE.UU. han estado en el terreno durante casi 12 años y suma y sigue; Pakistán, donde una campaña aérea de drones dirigida por la CIA en sus áreas tribales fronterizas ha tenido lugar durante años mientras el país se hacía cada vez más convulso y más violento. Yemen (lo mismo), mientras un grupo llamado al Qaida en la Península Arábiga crece cada vez más; o Somalia, donde Washington apoyó repetidamente a ejércitos por encargo que había entrenado y financiado, y apoyado incursiones extranjeras mientras un país ya desestabilizado se despedazaba y la influencia de al-Shabab, un grupo insurgente cada vez más radical y violento, comenzó a filtrarse a través de fronteras regionales. Los resultados han sido los mismos: desestabilización.

Consideremos Libia donde, ya no enamorado de intervenciones con tropas en el terreno, el presidente Obama envió su Fuerza Aérea y los drones en 2011 en una intervención sin derramamiento de sangre (a menos, por supuesto, que se estuviera en el terreno) que ayudó a derrocar a Muamar Gadafi, el autócrata local y su régimen de policía secreta y prisiones, y lanzó una vigorosa joven democracia… ¡oh!, esperad un momento, no exactamente. De hecho, el resultado que, increíblemente, fue una sorpresa para Washington, fue un país cada vez más dañado con un gobierno central desesperadamente débil, un territorio controlado por una variedad de milicias –algunas islámicas, de tendencias extremistas– una insurgencia y guerra a través de la frontera en el vecino Malí (gracias a la llegada de armas saqueadas de los vastos arsenales de Gadafi), un embajador estadounidense muerto, un país casi incapaz de exportar su petróleo, etc.

Libia estaba, de hecho, tan totalmente desestabilizada, tan carente de autoridad central, que Washington sintió recientemente que podía despachar fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. a las calles de su capital a plena luz del día en una operación para capturar a un presunto terrorista buscado hace tiempo, un acto que tuvo tanto “éxito” como el derrocamiento del régimen de Gadafi y, de la misma manera, desestabilizó aún más a un gobierno que todavía era, teóricamente, respaldado por Washington. (Casi inmediatamente después, el propio primer ministro fue brevemente secuestrado por una unidad de milicia como parte de lo que podría haber sido un intento de golpe.)

Milagros del mundo moderno

Si el abrumador poder militar a disposición de Washington puede desestabilizar regiones enteras del planeta, ¿qué, entonces, no puede hacer un poder militar semejante? Al respecto, el historial no es menos claro e igualmente decisivo. Como ha indicado cada acción militar significativa de EE.UU. en este nuevo siglo, la aplicación de fuerza militar, no importa en qué forma, ha resultado ser incapaz de lograr incluso los objetivos más mínimos de Washington en ese momento.

Considerémoslo uno de los milagros del mundo moderno: acumula tecnología militar, derrama dinero en tus fuerzas armadas, sobrepasa al resto del mundo, y nada de esto es más que una fantasía cuando se trata de lograr que el mundo actúe como deseas. Sí, en Irak, para tomar un ejemplo, el régimen de Sadam Hussein fue rápidamente “decapitado” gracias a una demostración abrumadora de poder y fuerza por los invasores estadounidenses. Su burocracia estatal fue desmantelada, su ejército despedido, una autoridad ocupante fue establecida respaldada por tropas extranjeras, rápidamente refugiada en inmensas bases militares multimillonarias con la intención de ser guarnecidas de tropas durante generaciones, y se instaló un gobierno local adecuadamente “amistoso”.

Y entonces los sueños del gobierno de Bush terminaron en los escombros creados por un conjunto de insurgencias de minorías mal armadas, terrorismo, y una brutal guerra civil étnica/religiosa. Al final, casi nueve años después de la invasión y a pesar del hecho de que el gobierno de Obama y el Pentágono querían mantener tropas de EE.UU. estacionadas en el país en cierta capacidad, un gobierno central relativamente débil se negó, y se fueron; los últimos representantes de la mayor potencia del planeta que se escabulleron en el silencio de la noche. Abandonadas entre las ruinas de zigurat históricos quedaron los “pueblos fantasma” y bases estadounidenses despojadas o saqueadas que debían ser nuestros monumentos en Irak.

Actualmente, en circunstancias aún más extraordinarias, parece que un proceso similar se está desarrollando en Afganistán, otro espectáculo de nuestros días que debería sorprendernos. Después de casi 12 años en el país, al descubrir su incapacidad de reprimir una insurgencia minoritaria, Washington está retirando lentamente sus tropas de combate, pero tal vez quiere mantener en las bases gigantescas que hemos construido a unos 10.000 “entrenadores” para los militares afganos y algunas fuerzas de Operaciones Especiales para continuar la caza de al Qaida y otros tipos terroristas.

Para la única superpotencia del planeta, esto, de todas las cosas, debería ser una clavada. El gobierno iraquí por lo menos tenía una cierta fuerza propia (y la riqueza petrolera del país para respaldarla). Si hay un gobierno en la tierra que merezca el término “títere”, debería ser el gobierno afgano del presidente Hamid Karzai. Después de todo, por lo menos un 80% (y posiblemente 90%) de los gastos de ese gobierno son cubiertos por EE.UU. y sus aliados, y sus fuerzas de seguridad son consideradas incapaces de continuar la lucha contra los talibanes y otros grupos insurgentes sin el apoyo y la ayuda de EE.UU. Si Washington se retirara totalmente (incluyendo su apoyo financiero), cuesta imaginar que algún sucesor del gobierno de Karzai pueda durar mucho tiempo.

¿Cómo, entonces, se puede explicar el hecho de que Karzai se haya negado a firmar un futuro pacto de seguridad bilateral que se está preparando? En su lugar, recientemente denunció acciones de EE.UU. en Afganistán; como ha hecho repetidamente en el pasado, afirmó que simplemente no firmará el acuerdo, y comenzó a negociar con funcionarios estadounidenses como si fuera el líder de la otra superpotencia del planeta.

Washington, frustrado, tuvo que enviar al secretario de Estado John Kerry a una repentina misión a Kabul para unas negociaciones de alto nivel, cara a cara. El resultado, después de lo que se dice fue un maratón de conversaciones y reuniones de 24 horas, fue saludado como un éxito: problema(s) solucionados. ¡Upa!, todos menos uno. Resultó que era el mismo que hizo tambalear la continuación de la presencia militar de EE.UU. en Irak, la demanda de Washington de inmunidad legal ante la ley local para sus soldados. Finalmente, Kerry se fue sin un acuerdo seguro.

Buscando un sentido para la guerra en el siglo XXI

Ya sea que los militares de EE.UU. duren o no unos años más en Afganistán, la pura realidad es la siguiente: el presidente de uno de los países más pobres y débiles del planeta, él mismo relativamente impotente, dicta esencialmente condiciones a Washington, ¿y quién dirá si a fin de cuentas, como en Irak, las tropas de EE.UU. no serán también obligadas a irse?

Una vez más, la fuerza militar no se ha impuesto. Sin embargo, el poder militar, el armamento avanzado, la fuerza, y la destrucción como instrumentos de la política, como medios para crear un mundo según su propia imagen o a su propio gusto, han funcionado bastante bien en el pasado. Preguntad a los mongoles, o a las potencias imperiales europeas desde España en el siglo XVI a Gran Bretaña en el siglo XIX, que se apoderaron de sus imperios por la fuerza y los mantuvieron exitosamente durante largos períodos.

¿En qué planeta nos encontramos ahora? ¿Por qué sucede que esta potencia militar, la más poderosa imaginable, no puede derrotar, pacificar, o simplemente destruir a potencias débiles, a movimientos de insurgencia menos que impresionantes, o a los grupos harapientos de pueblos (a menudo tribales) que calificamos de “terroristas”? ¿Por qué sucede que semejante potencia militar ya no es transformadora o incluso razonablemente efectiva? ¿Será, para usar una analogía, como los antibióticos? ¿Si se utilizan demasiado tiempo en demasiadas situaciones, se genera una especie de inmunidad?

Seamos claros: fuerzas armadas semejantes siguen siendo un poderoso instrumento potencial de destrucción, muerte y desestabilización. Muy posiblemente –no es algo que hayamos visto en cierta medida en estos años– también podría ser un poderoso instrumento de una auténtica defensa. Pero si la historia reciente nos ha de servir de guía, lo que claramente no puede ser en el siglo XXI es un instrumento de determinación de políticas, un medio de alterar el mundo para que se ajuste a un proyecto desarrollado en Washington. El propio planeta y la gente que se encuentra en casi todas partes en él parecen oponer cada vez más resistencia y encontrar maneras de desechar a los militares como instrumento de Estado efectivo para una superpotencia.

Los planes y tácticas militares de Washington desde el 11-S han representado un espectacular accidente ferroviario. Cuando se mira hacia atrás, la doctrina de contrainsurgencia, resucitada de las cenizas de la derrota de EE.UU. en Vietnam, vuelve una vez más al montón de chatarra de la historia.

¿Quién llega a recordar alguna vez en la actualidad su frase organizadora crucial –“despejar, retener, y construir”– que ahora parece el remate de algún chiste maligno? “Oleadas”, aclamadas un día como una brillante estrategia militar, ya han desaparecido en la bruma. “Construcción de la nación”, otrora un término adecuado para los profesionales en Washington, ha caído en desgracia. “Soldados en el terreno”, de los cuales EE.UU. tenía enormes cantidades y sigue teniendo 51.000 en Afganistán, ya no están de moda. El público estadounidense está, todos están de acuerdo, “fatigado” de la guerra. ¿Habrá grandes ejércitos estadounidenses que lleguen a combatir en algún sitio en el continente eurasiático en el futuro previsible? No cuentes con ello.

¿Y las lecciones aprendidas del colapso de la política bélica? No cuentes con ellas, tampoco. Es bastante obvio que Washington todavía no puede absorber totalmente lo que ha sucedido. Su fe en la guerra permanece notablemente intacta en un siglo en el cual el poder militar se ha convertido en el equivalente político estadounidense de una religión de Estado. Nuestros dirigentes todavía están intoxicados con las guerras de contraterrorismo del futuro, incluso mientras se ahogan en sus esfuerzos militares del presente. Su afán sigue siendo hacer ajustes y volver a imaginar qué sería una solución militar aplicable.

Ahora el mensaje es: Pasad por alto esos soldados en masa –de hecho, reducid su cantidad en la edad del secuestro– y entusiasmaos por el paquete de contraterrorismo. No más derramamiento de sangre (estadounidense). Liquidad a “los malos”, a uno o a varios cada vez, usando el ejército privado del presidente, las fuerzas de Operaciones Especiales, o su fuerza aérea privada, los drones de la CIA. Construid nuevas bases de tamaño limitado en todo el globo. Llevad esos grupos de batalla de portaaviones frente a la costa de cualquier país que queráis intimidar.


Es obvio que estamos entrando en un nuevo período en términos del modo estadounidense de hacer la guerra. Llamadlo la era de pequeñas guerras, o micro-conflictos, especialmente en las áreas tribales pobres del planeta.

Por lo tanto algo ciertamente está cambiando en reacción al fracaso militar, pero lo que no cambia es la preferencia de Washington por la guerra como opción predilecta, a menudo la opción preferida. Lo que no cambia es la idea de que si se puede reajustar la estrategia y la táctica correctamente, la fuerza funcionará. (Recientemente, Washington solo fue salvado de caer en otro desastre militar predecible en Siria por un comentario a la ligera del secretario de Estado John Kerry y la intervención oportuna del presidente ruso Vladimir Putin).

Lo que no comprenden nuestros dirigentes es el hecho práctico más básico del momento: la guerra simplemente no funciona, ni grande, ni micro, no para Washington. Una superpotencia en guerra en lugares distantes de este planeta ya no es una superpotencia ascendente sino una superpotencia con problemas.
Las fuerzas armadas de EE.UU. podrán ser una máquina de desestabilización. Podrán ser una máquina contraproducente. Ciertamente no son una máquina de elaboración o ejecución de políticas.

Polos opuestos: las causas de la confrontación actual entre EE.UU. y Rusia.



Rusia continúa siendo una 'piedra en el zapato' de la estrategia estadounidense hacia un mundo unipolar, y sin resolver ese problema el proyecto global de Estados Unidos está condenado a resbalar. Esta es la opinión del analista político Valeri Alexéyev, comentando los fallidos últimos esfuerzos de 'reinicio' ('reload', como denominara a este proceso en su momento Barack Obama) en las relaciones entre Moscú y Washington. Rusia y Estados Unidos, efectivamente, no han logrado desarrollar un diálogo constructivo en los últimos 20 años.

De hecho los líderes de las dos naciones siguen discutiendo los mismos problemas que abordaban a finales de los 80: cómo aliviar la retórica de confrontación, reanudar las negociaciones sobre el control de armamentos y desarrollar la cooperación económica. Ambas tienen que regresar a esos asuntos cada dos o tres años, tropezando cada vez con nuevos obstáculos. Según el analista, las causas están arraigadas en la doctrina política iniciada en los años 90 por el presidente estadounidense George Bush padre, que formuló el derecho de Washington a lanzar ataques preventivos contra los países que considera una amenaza, aunque no sea inmediata, y 'exportar la democracia' a todo el mundo. La ejecución de este derecho es posible solo con la existencia de tres condiciones: que otros países carezcan de potenciales militares comparables con el estadounidense, que sean incapaces de bloquear las decisiones de EE.UU. y que reconozcan la legitimidad de tal orden mundial.

Es en estos puntos es precisamente en los que se basa la confrontación entre Rusia y Estados Unidos:

1. Con la caída de la Unión Soviética, el potencial militar soviético no fue desmantelado tal y como se hizo con Alemania y Japón tras la Segunda Guerra Mundial. Rusia sigue siendo el único país capaz de destruir técnicamente a EE.UU. y mantener una guerra a base de armamentos comparables a los norteamericanos.

2. Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia tiene derecho a vetar las resoluciones estadounidenses.

3. Rusia ha declarado claramente que no reconoce el liderazgo estadounidense. Una forma ideológica de ese rechazo fue el concepto de 'mundo multipolar' proclamado por Moscú y Pekín en 1997.

4. Rusia ha iniciado coaliciones tanto formales como informales destinadas a impedir la política de EE.UU. En la mayoría de las crisis políticas internacionales Moscú trata de buscar el apoyo de Francia, Alemania y China para oponerse a las pretensiones de la Casa Blanca.

5. Rusia desarrolla una política comercial independiente de EE.UU, en materia de exportación de tecnologías militares. Moscú actúa como suministrador de tecnologías para los países que desean aumentar sus potenciales de contrapeso a Washington. Ante la existencia de estas condiciones, formadas por la estructura de seguridad global establecida después de la Segunda Guerra Mundial, solo se puede hablar de un liderazgo estadounidense informal. "Washington tiene que conformarse con esta situación considerando que carece de recursos para castigar a Rusia de manera más tangible que imponer sanciones contra empresas rusas o denunciar casos de violaciones de derechos humanos en Rusia", concluyó el experto.

Fuente: http://actualidad.rt.com/

Un alto cargo de EE.UU. confirma un ataque de Israel a una base militar siria


Un representante de la administración de Obama confirmó a la CNN que aviones de guerra israelíes atacaron una base militar siria cerca de la ciudad portuaria de Latakia este jueves.

Según informó la CNN, los israelíes creían que en la base cercana a la localidad de Snobar Jableh, al sur de Latakia, se almacenaban equipos sofisticados de misiles supuestamente destinados al movimiento libanés Hezbolá.

Los ataques destruyeron un envío de misiles tierra-aire S-125, según informaron los medios israelíes.

Antes la cadena de televisión Al Arabiya informó sobre dos ataques llevados a cabo por las fuerzas aéreas israelíes: uno en Latakia y otro en Damasco. Ni el Gobierno de Siria ni el de Israel hicieron comentarios sobre las supuestas acciones.

Un portavoz del Ministerio israelí de Defensa citado por la agencia Reuters se negó a hablar sobre el asunto: "No vamos a comentar estas informaciones".

Algunas horas antes, las fuerzas de inteligencia de Siria, por su parte, desmintieron la información sobre el ataque a su base aérea en Latakia, en la costa mediterránea del país.

"Esto es una mentira y una provocación", dijo una fuente de las fuerzas de inteligencia de Siria a la agencia rusa Itar-Tass.

El miércoles pasado, Reuters publicó que el Ejército del Líbano observó seis aviones israelíes que sobrevolaban el espacio aéreo libanés a lo largo de la costa norte de Beirut.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/110106-israel-ataque-base-militar-siria-latakia

Daniel Estulin: "EE.UU. busca remodelar África para explotar sus recursos".

¿Cuál es el interés de Occidente en África? Lejos de ayudar a los países pobres del continente, el objetivo real de EE.UU. es la remodelación de toda la región para explotar sus recursos, según afirma Daniel Estulin en 'Desde la sombra', en RT. Dicha remodelación de toda África estaría destinada a tener una amplia presencia militar de Occidente y explotar la región, donde en los últimos meses se han hallado nuevos yacimientos de petróleo y gas natural, de acuerdo con el invitado de Estulin y editor de la revista 'Pan African News Wire', Abayomi Azikiwe.

Tradicionalmente, EE.UU. ha dominado la economía y la política exterior del continente africano, sin embargo las minas de minerales estratégicos abandonadas en África, los yacimientos de petróleo en el este del continente, la existencia de vías navegables estratégicas como el golfo de Adén, o el aumento de la presencia de China en África, son asuntos clave que "preocupan a EE.UU. y al 1% de la población que controla la economía de este país". Por lo tanto, en opinión del periodista africano, "la intervención de EE.UU. en África en los últimos 5 o 6 años, está especialmente diseñada para tratar esos asuntos clave".

China, un obstáculo para EE.UU.
La presencia de China se ha consolidado en los últimos 13 años, tal como atestigua la creación del Foro sobre las relaciones entre China y África, que se ha celebrado en cinco ocasiones desde el año 2000. "China, es actualmente el socio comercial número uno de África", subraya Azikiwe, lo que convierte al país asiático en uno de los principales escollos para que Occidente logre sus propósitos en la región.

Los planes de Obama
Según Azikiwe, el presidente de EE.UU. Barack Obama se propone conseguir que todos los países de África sean amigables respecto a los intereses de la política exterior de su país. Así, Obama reforzó el mando África de EE.UU. con sede en Stuttgart, Alemania. Ahora tiene más financiación y más operaciones.

Según el periodista, en diciembre Obama anunció que enviará 3.500 soldados a unos 30 estados África, y"esto ya explica las razones por las cuales EE.UU. está tan interesado en el continente africano y también por qué son tan hostiles hacia ciertos gobiernos como el de Zimbabue o la República de Sudán", que se oponen a los planes que Occidente tiene reservados para la región. Por su parte, potencias europeas como Reino Unido buscan, junto con EE.UU., desestabilizar al continente negro y"abrir las naciones africanas al saqueo", de ahí que Obama no haya estado solo en las últimas intervenciones militares en la región.

Fuente: http://actualidad.rt.com/

¿EE.UU. quiere aliarse con Irán contra la influencia china?

'La revolución de esquisto' y el regreso de Irán a la política internacional han cambiado radicalmente el equilibrio en Oriente Próximo. Washington de la espalda a Riad y busca una alianza con Irán frente a China, afirma un experto franco-iraní. "Al parecer, la luna de miel [entre Arabia Saudita y EE.UU.] ha terminado, y hay tres razones principales para ello", afirma el politólogo y abogado internacional nacido en Teherán Ardavan Amir-Aslani, citado por el diario 'Atlantico'. En primer lugar, el alejamiento entre EE.UU. y Arabia Saudita, su aliado tradicional, se debe a la inminente independencia energética de América del Norte. A principios de 2013, la producción estadounidense de crudo superó los 7 millones de barriles por día con un crecimiento anual del 20%. En un futuro próximo, en los años 2017-2020, Washington podría convertirse en el mayor productor de crudo del mundo, por delante de Arabia Saudita. Además, alcanzado ese punto, EE.UU. sería capaz de comenzar a exportar hidrocarburos. Esto significa que Washington ya no considerará las monarquías petroleras del golfo Pérsico proveedores con un papel clave en el abastecimiento de sus necesidades energéticas, sino un competidor potencial. En segundo lugar, después del 11 de septiembre de 2011 los estadounidenses se dieron cuenta de que el conflicto de civilizaciones que los amenazaba está relacionado con el wahabismo.

Aquí hay que mencionar Arabia Saudita y Catar: todos los terroristas del 11 de septiembre son suníes radicales, 15 de ellos de Arabia Saudita. Amir-Aslani subraya que los talibanes afganos, los islamistas del Frente al Nusra y otros movimientos radicales suníes reciben ayuda financiera y armas de Arabia Saudita, lo que no constituye ningún secreto para la Casa Blanca. En tercer lugar, el experto llama la atención sobre el regreso del Irán a la política internacional. El hecho de que Irán vuelva al juego económico mundial es el evento más importante desde la desaparición del bloque soviético, subraya el abogado. "Además, Irán será capaz de ralentizar el avance de Pekín y convertirse en un poderoso contrapeso regional a la influencia de China y Pakistán", afirma Amir-Aslani. Según sus palabras, el acercamiento entre Teherán y Washington es directamente proporcional a su distanciamiento de Arabia Saudita. "En el futuro, hay que esperar cambios increíbles en la amistad entre los pueblos: los chinos podrían sustituir a los estadounidenses en Riad, mientras que los estadounidenses van a expulsar a los chinos de Teherán", supone el politólogo.

Fuente: http://actualidad.rt.com/

Premios Palangre TV a lo peor de los medios privados


Entre los nominados a estos premios, el ganador es el ex gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales, quien hoy se haya en Perú y ganó en la categoría "+ Descarado", mientras que Beatriz De Majo se hizo con el galardón en la categoría al "+ Pirata".

Maduro dice que mirada de Chávez apareció en un túnel del metro



El presidente de la República, Nicolás Maduro, dijo la noche de este miércoles que la mirada del fallecido presidente Chávez habría aparecido durante la excavación de los túneles de la línea 5 del metro