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jueves, octubre 06, 2011

Hace 35 años dos fotógrafos venezolanos al servicio de la CIA dinamitaron un avión cubano

Caracas, 05 Oct. AVN.- (Aurelio Gil Beroes) Hace 35 años, el 6 de octubre de 1976, dos reporteros gráficos venezolanos reclutados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos colocaron material explosivo en un avión de Cubana de Aviación que cubría una ruta en el Caribe, y provocaron su caída al mar, poco después de despegar de Barbados, causándole la muerte a sus 73 ocupantes.
El autor intelectual de este crimen terrorista es Luis Posada Carrilles, reconocido agente de la CIA, quien hoy se pasea impunemente por territorio estadounidense, ante la mirada cómplice de la justicia de ese país.
Planificado en Caracas
El derribo de un avión cubano parece haber sido un objetivo terrorista largamente estudiado por su planificador y otros agentes cubanos de la CIA como Orlando Bosch, en Caracas.
En 1976, Posada era asesor policial del gobierno del ex presidente Carlos Andrés Pérez.
Este hombre manejaba por su cuenta una agencia de investigaciones y reclutó uno o dos años antes a Hernán Ricardo, un joven fotorreportero capitalino, a quien, luego de establecido el plan le propuso la tarea de colocar el explosivo en la aeronave.
Ricardo debía reclutar a otra persona para la ejecución del plan y para ello logró enrolar a su colega Freddy Lugo, también empleado de publicaciones caraqueñas.
Seleccionado el objetivo
El plan llegaba a su fin. El objetivo había sido seleccionado. Se trataba del aparato de Cubana de Aviación Douglas DC-8, del vuelo 455 que cubría la ruta Georgetown (Guyana)-Puerto España (Trinidad Tobago)-Bridgetown (Barbados)-Kingstown (Jamaica)-La Habana (Cuba).
Ricardo y Lugo debían abordar el avión de cubana en algún punto de la ruta, colocar el explosivo y bajarse en la escala siguiente, luego de lo cual se produciría la explosión, y ellos, a salvo en tierra, retornar a Venezuela, como si nada.
Decidieron subir al avión en Puerto España y bajar en Barbados. Para ello viajaron a Trinidad desde Maiquetía el mismo 6 de octubre, muy temprano, en el vuelo 443 de Pan American.
El explosivo
Para cometer el crimen, Ricardo y Lugo fueron provistos por Posada Carriles de explosivo C4, hábilmente camuflado en tubos de pasta dental, que debían colocar en uno de los baños del aparato.
Así lo hicieron, y minutos después de que el avión de Cubana despegara del aeropuerto de Barbados se produjo el estallido reportado por los tripulantes del avión a la torre de control, y la posterior caída al mar de la aeronave. No hubo sobrevivientes, los 73 ocupantes murieron.
Por este “trabajo” ambos recibieron 16 mil dólares que se dividieron en partes iguales.
Las víctimas
Por este acto terrorista perdieron la vida 73 personas: 57 cubanos, entre ellos el equipo nacional de esgrima, 11 jóvenes guyaneses seleccionados para estudiar medicina en Cuba y los cinco integrantes de la tripulación de la aeronave.
La embajada en Barbados
Luego de bajar del avión en Barbados y de esperar los resultados, ambos visitaron la embajada de los Estados unidos en la isla, desde donde se comunicaron con Posada Carriles para informarle.
Horas después, y antes de que pudieran abandonar la isla, fueron detenidos.
El 9 de octubre el Gobierno venezolano identificó a Freddy Lugo como uno de los involucrados en el atentado, y el día 12 informó que el otro detenido es el también venezolano Hernán Ricardo.
Informaciones previas decían que la policía de Barbados había detenido a José García y a Freddy Lugo, como sospechosos.
Ricardo al parecer viajaba con distintos pasaportes e identidades
La noticia en Venezuela
El impacto de la voladura del avión de Cubana de Aviación causó estupor en el pueblo venezolano, no sólo por la magnitud del crimen, sino porque un mes antes, el 3 de septiembre, en las islas Azores, se había precipitado a tierra un avión hércules C-130, de la Fuerza Aérea Venezolana en el que viajaban 68 personas, entre ellas todos los integrantes del Orfeón de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Convictos y confesos
Hernán Ricardo y Freddy Lugo confesaron su crimen a la periodista venezolana Alicia Herrera, quien dejó asentados sus testimonios en el libro: Pusimos la bomba ¿Y qué?.
En sus confesiones, los terroristas dan cuenta de los vínculos que tuvieron con Luis Posada Carriles, Orlando Bosch y otros agentes dela CIA, cubanos, en Caracas, a propósito del crimen de Barbados.
Sanciones
En 1976, en noviembre, fue capturado en Caracas Posada y recluido junto con Ricardo y Lugo, en el Cuartel San Carlos.
El 8 de septiembre de 1982 Posada y Ricardo se fugaron, pero fueron capturados al día siguiente.
Posteriormente, en 1984, intentaron fugarse nuevamente de la Casa de Reeducación Artesanal de El Paraíso, donde estaban recluidos.
Entonces fueron colocados en centros carcelarios diferentes, y el 18 de agosto de 1985 Posada Carriles se fugó de la Penitenciaría General de Venezuela, en San Juan de Los Morros, para reaparecer más tarde en San Salvador, comandando acciones terroristas contra Cuba.
Freddy Lugo y Hernán Ricardo parece que pagaron condenas similares. El primero quedó en libertad en 1993, luego de cumplir 17 años en prisión, de una condena inicial de 20 años.
Le confesó al corresponsal del New York Times, Simón Romero, que lo entrevistó en Caracas en febrero de 2007, que se ganaba la vida como taxista, en el anonimato, y que había sido manipulado por Posada Carriles en el caso de la voladura del avión de cubana de aviación. Al referirse a Hernán Ricardo señaló que creía que estaba fuera del país.
Impunidad
Venezuela ha demandado de EEUU la extradición oficial de Posada Carriles, para que sea juzgado por este y otros crímenes en Venezuela, y todo ha sido inútil.
Este terrorista goza de absoluta impunidad en territorio estadounidense, mientras cinco cubanos continúan presos en ese país, desde hace más de 10 años, por tratar de impedir ataques terroristas contra su país.
Orlando Bosch murió en territorio de EEUU, amparado por un indulto especial del presidente George Bush, padre.
Aurelio Gil

Diez puntos relativos al poder popular y un frente libertario de expresiones “comunarias




  1. Un movimiento que se expresa a través de formas orgánicas, tiempos y espacios propios, en funciones infinitas: precisamente aquí esta su “otra” condición de poder, entendido como potencia y capacidad de decisión sobre la realidad. Tenemos nuestras formas orgánicas nacidas desde las comunidades originarias ya ancestrales, hasta las formas más novedosas que van generándose en la medida en que madura y se profundiza este poder desde la misma lucha de clases. Por ello sus ciclos de tiempo son totalmente distintos a los del capital y el estado, por lo general más lentos pero cuando se acelera supera en velocidad de formación cualquier formalidad protocolar capitalista. No actúa por decreto sino por proceso constituyente de colectividades que encuentran las maneras de ejercer el verdadero control social sobre sus realidades y las articulaciones necesarias con otros contextos sociales. Sus espacios, precisamente gracias a esta evolución, se configuran fuera de toda determinación impuesta por el estado burgués. Por esto mucho más allá que funciones gerenciales comandadas verticalmente, las funciones productivas, defensivas, formativas, creadoras, científicas, movilizadoras, etc, de este poder se expanden con su propio fortalecimiento y se convierten en lugares de realización de la identidad y espíritu de un nuevo hombre y mujer que nace en él.
  2. No puede estar delimitado por leyes: es por esto que ya no se puede seguir aceptando que el poder popular siga siendo delimitado en sus formas, procesos, normas, etc, por leyes que a la final lo niegan y paralizan. La ley está para reconocerlo y ayudarlo en último caso, jamás para prefigurarlo en sus formas, tiempos, espacios y obligaciones. Esto más bien crea las bases contrarias de lo que puede ser un verdadero poder revolucionario del pueblo. Se van cimentando los pilares de un estado corporativo que maneja un supuesto “poder popular” como una extensión y de su cuerpo institucional y centralizado en él. Esta es la derrota del espíritu libertario, igualitario y subversivo de la revolución que en estos momentos opera a través de esta prefiguración legal y mando externo sobre los poderes populares. Lo cual está creando incluso las condiciones para su burocratización definitiva y su entrada por reflejo y captación de sus cuadros dentro del entramo de corrupción que impera dentro del estado. Por todo esto se hace tan importante que empiecen a nacer expresiones de unidad popular que restablezcan el derecho de autodeterminación del poder popular y su naturaleza eminentemente constituyente y resistente.
  3. Tampoco se subsume a los códigos liberales de la democracia burguesa: una de las consecuencias que vemos con el avance de la absorción del poder de base es que él mismo termina obligado a reconocerse como parte de un régimen liberal interclasista donde vale lo mismo un supuesto poder generado desde los espacios de la burguesía y pequeña burguesía a los rincones más marginados y hambrientos de nuestra sociedad. Vale entonces lo mismo una asociación empresarial a una instancia de control obrero y campesino, por derechos “democráticos”. Es nuestro deber reiterar que el poder popular es un poder clasista y definido claramente bajo un parámetro democrático pero a la vez radicalmente transformador de nuestra realidad. Dentro del poder popular debe operar una “dictadura del sueño igualitario”, no un falso debate y “encuentro” pacífico entre la reafirmación y la negación del sistema colonial y capitalista. Se defiende la madre tierra, se defiende el poder territorial y social, se defiende el poder obrero y campesino, la contraloría social, la organización ancestral indígena, bajo un criterio práctico de acción ocupante, expropiadora y transformadora de la realidad manejada por el poder enemigo capitalista. No son poderes pasivos, “democráticos” y obedientes, son lugares de negación radical del sistema de explotación dominante. El imperialismo no está fuera de nuestras naciones, el capitalismo que aún se nos impone sobrevive gracias a que esos imperios están sembrados en nuestra tierra y garantizan el régimen de desigualdad y la barbarie del capital. Por ello solo se acepta la diversidad de expresiones de resistencia y militantes de una sociedad distinta.
  4. Hoy en día es imprescindible que este poder libere sus espacios y sus lenguajes. Actúe con ciencia y pensamiento propio, es decir, su propia política que de hecho “otra política” frente al poder constituido: lo que quiere decir que una de las tareas fundamentales del poder popular hoy en día es la creación de conocimiento y lenguaje propio. Desafortunadamente mientras la burocracia corporativa se hizo a sí misma de un imaginario verbal que proviene directamente del pensamiento libertario y revolucionario producido por los pueblos del mundo, ese mismo lenguaje en la práctica hace las veces de caja de censura, vaciando su sentido y verdad. Muchas veces por oportunismo las organizaciones de base reproducen como loros los códigos revolucionarios maqueteados por esta burocracia sin darse cuenta que más allá de los que les pueda servir a los fines de recursos y consentimiento de los agentes de gobierno, se quitan a sí mismos el derecho a la creación de nuevos lenguajes y horizontes de conocimiento. Hablemos libremente, quitémonos de encima la insoportable cultura de la autocensura, aprendamos de la palabra más sencilla pero llena de dignidad y buena rabia. Saquemos la risa y la jodienda caribeña no solo para burlarnos de las imbecilidades ajenas de la derecha sino de los “conductores de la revolución” y sus altas hechonerías llenas de teatros tecnocráticos y altísimos dirigentes que ya ni se recuerdan como saltarse un charco en un barrio si algún día lo hicieron. Busquemos hacernos de un conocimiento abierto y crítico, generados por infinitos puntos de producción cognitiva que van dándole vida y color al comunismo que ya empezó a nacer en el mundo.
  5. Se reafirma entonces una legalidad revolucionaria que abre los caminos a la república autogobernante: los pasos hacia una nueva expresión “comunaria” del poder popular entendemos que van generando un orgullo propio y un sentido de poder y seguridad en el mando colectivo que tarde o temprano va a ir formando las bases de una legalidad manejada por él mismo, donde valga “su norma”, “su título”, “su definición”, “su decisión”, por encima de la pesada y necesariamente burguesa raíz de la legalidad emanada por el orden constituido. Ese poder “que no se delega”, siendo por principio el más constitucional de todos los poderes, al mismo tiempo se va reconociendo a sí mismo en la posibilidad de producir su propia legalidad. No por imposición totalitaria sino por consenso de comunidades y espacios de trabajo que poco a poco se van dando cuenta que tienen todo el derecho de “ser poder” en todo el sentido de la palabra y no un bachaco marginal que la magnificencia institucional le permite de vez en cuando “participar” en discusiones que se diluyen en su vacío. Los tiempos de una “legalidad revolucionaria”, están por llegar, van a ser además claves para dar los saltos cualitativos que este proceso exige y desde donde veremos nacer verdaderas comunas, consejos, corredo res, territorios, tierras y fábricas, socialistas y autogobernantes. Son ciclos lentos, exigen mucha formación y paciencia pero al mismo tiempo se aceleran en la medida en que se toma creadoramente toda la cantidad de lugares que las fuerzas dominantes han controlado por siglos.
  6. El poder que buscamos es directamente sobre las cosas no sobre los seres humanos, porque “somos iguales”. Sobre este principio vamos materializando un poder real y autogobernante: se deriva entonces que desde el poder popular comienza a nacer por igual otra idea de poder completamente ajena a la concepción burocrática y representativa del poder que a su vez hace llave con los principios del dominio capitalista. Un poder constituido desde la rebelión del trabajo manual e intelectual humano, como diría Marx no busca el dominio sobre los hombres sino sobre las cosas. “No queremos ser gobierno queremos gobernar”, se dirá a finales de los años ochenta desde la desobediencia popular, siguiendo el mismo camino descifrado por Marx pero en medio de una rebelión popular que ya manifestaba sus comienzos. Esto nos lleva hoy a algo mucho más concreto y es el nacimiento de una corriente del poder popular que se centra en la necesidad de gobernar desde los perímetros territoriales que se han decidido controlar, las cosas que han de ser útiles a todos y que tendrán que tomarse o producirse. El problema del poder de concentrarse en la obtención de cargos dirigentes dentro de una estructura de poder preestablecida por las clases dominantes, pasa a convertirse en una meta de mando sobre las cosas (terrenos, fábricas, tecnologías, inmuebles, sistemas de producción, de salud, de comunicación, centros de distribución, etc) que podemos abordar desde un protagonismo rebelde que se las juega todo en esta historia. Más allá del “como” lo logramos que es un problema de estrategia, dicho perfil da nacimiento a la definición de la “carta de lucha” como cédula primaria de orden político para definir la necesidad gobernante específica de una comunidad. La idea de poder efectivamente se transforma por completo transformando a su vez la personalidad o subjetividad política que crece al interno del poder popular.
  7. Necesitamos de recursos estratégicos manejados directamente desde el espacio comunario, un reto fundamental de autonomía: efectivamente, ya está más que probado que la burocracia y todo el rango corporativo de estado utiliza el manejo unilateral y arbitrario sobre los recursos de estado como fuente básica de mando y corrupción sobre el espacio social. Aquí se acabó la participación y el protagonismo popular y se impone de nuevo el favor condicionado y la captura de movimientos de lucha. Estimamos que en el fondo no es posible cambiar esta lógica desde el estado mismo. Es una línea de acción que está en su naturaleza. Una misma lógica derivada de los favores a una clase que se dan desde los centros financieros del sistema capitalismo. Un poder popular y autogobernante necesariamente tiene que romper con estas ataduras si quiere presentarse realmente como una fuerza de liberación. No cabe otra salida que el desarrollo de múltiples estrategias en función de garantizar fondos y recursos propios cuya lógica de distribución sea absolutamente contraria a esta arbitrariedad, divulgando una verdadera cultura de la autogestión social que distribuye para una necesidad colectiva y legítima y no un convenimiento arbitrario. Tenemos que generar “otra economía” y otro espacio productivo que derive de la apropiación directa o negociada de las fuentes básicas de recursos, incluido en nuestro caso las riquezas minerales y energéticas del subsuelo. En todo esto apenas hemos aprendido pero ya avanzamos.
  8. Finalmente dentro de un contexto que se complejiza hay prioridades que abordar en un todo comunario: quizás en estos momentos cabe decir que entre el control obrero, la toma y la autogestión de tierras, la creación de un auténtico movimiento de pobladores, la construcción de un poder comunicacional y productivo, la capacidad de defensa y la reafirmación revolucionaria y bolivariana o nuestramericana de la lucha de todos, descansa el horizonte de una revolución vista desde la base del poder popular. La “carta de lucha comunaria”, los valores mínimos de un poder popular que se están proponiendo indica un camino necesario y ya avanzado pero que tiene que organizarse allí donde se desenvuelve la lucha real de nuestros pueblos y la comunidad de valores, alegrías y sueños que se construye. Que suene la Guarura de los pueblos, por allí se grita.
Recuperar la razón originaria del movimiento y el poder popular: dentro de un contexto en que se han perdiendo los valores de autonomía y el sentido originario de la revolución bolivariana ligada a las metas de la construcción de una democracia radical y revolucionaria fabricada a partir de un proceso popular constituyente, es hoy urgente restablecer los sentidos originarios de un movimiento multitudinario que fue de hecho el que permitió la victoria y sobrevivencia de la revolución bolivariana, garante de la misma hasta ahora. El poder que se va acumulando desde la lucha popular nada tiene que ver con la raíz de un estado nacido de la traición a la lucha independentista y la sumisión colonial y capitalista subsiguiente. Es un poder fruto de la lucha misma, del espacio y territorios que se le van conquistando en esta batalla histórica. Recuperar esta razón y sentido originario se hace fundamental para preservar nuestra capacidad transformadora de la realidad social. Política y cultural en la cual hemos nacido. El sentido de lo “comunario” y su papel en la liberación de los lenguajes: dentro de las palabras comunes del movimiento popular hegemoniza el sentido de la “comunidad” como célula básica del desenvolvimiento primario del nuevo poder. Sin embargo, este sentido básico de “comunidad” por lo general se queda dentro de la esfera de una comunidad que se encierra sobre sí misma y muchas veces restringida únicamente a la comunidad vecinal. En ese sentido nos recogemos y abandonamos la multitud de espacios donde es necesario “hacer comunidad”, construir “comunismo”, como diría el pensamiento clásico revolucionario. Son espacios de vida, de trabajo, de formación, de vecindad, lo que debemos envolver dentro del proyecto básico autogobernante y socialista. Necesitamos por tanto un nombre de “comunidad” superior y más envolvente que recoja la memoria de Ayllu andino que cubría la totalidad del de lo que somos como sociedades diversas y comunidades ellas mismas heterogéneas y por hacerse una verdadera realidad. En ese sentido al hablar de expresiones nacidas de la comunidad proponemos el principio de lo “comunario” reivindicado en muchos movimientos de base y el lenguaje cread or del pensamiento crítico nuestramericano. De allí la nominación que proponemos de “Frente de expresiones comunarias libertarias.

jansamcar@gmail.com
Fuente: http://www.aporrea.org/poderpopular/a131209.html

Diez puntos relativos al poder popular y un frente libertario de expresiones “comunarias”

Roland Denis


  1. Un movimiento que se expresa a través de formas orgánicas, tiempos y espacios propios, en funciones infinitas: precisamente aquí esta su “otra” condición de poder, entendido como potencia y capacidad de decisión sobre la realidad. Tenemos nuestras formas orgánicas nacidas desde las comunidades originarias ya ancestrales, hasta las formas más novedosas que van generándose en la medida en que madura y se profundiza este poder desde la misma lucha de clases. Por ello sus ciclos de tiempo son totalmente distintos a los del capital y el estado, por lo general más lentos pero cuando se acelera supera en velocidad de formación cualquier formalidad protocolar capitalista. No actúa por decreto sino por proceso constituyente de colectividades que encuentran las maneras de ejercer el verdadero control social sobre sus realidades y las articulaciones necesarias con otros contextos sociales. Sus espacios, precisamente gracias a esta evolución, se configuran fuera de toda determinación impuesta por el estado burgués. Por esto mucho más allá que funciones gerenciales comandadas verticalmente, las funciones productivas, defensivas, formativas, creadoras, científicas, movilizadoras, etc, de este poder se expanden con su propio fortalecimiento y se convierten en lugares de realización de la identidad y espíritu de un nuevo hombre y mujer que nace en él.
  2. No puede estar delimitado por leyes: es por esto que ya no se puede seguir aceptando que el poder popular siga siendo delimitado en sus formas, procesos, normas, etc, por leyes que a la final lo niegan y paralizan. La ley está para reconocerlo y ayudarlo en último caso, jamás para prefigurarlo en sus formas, tiempos, espacios y obligaciones. Esto más bien crea las bases contrarias de lo que puede ser un verdadero poder revolucionario del pueblo. Se van cimentando los pilares de un estado corporativo que maneja un supuesto “poder popular” como una extensión y de su cuerpo institucional y centralizado en él. Esta es la derrota del espíritu libertario, igualitario y subversivo de la revolución que en estos momentos opera a través de esta prefiguración legal y mando externo sobre los poderes populares. Lo cual está creando incluso las condiciones para su burocratización definitiva y su entrada por reflejo y captación de sus cuadros dentro del entramo de corrupción que impera dentro del estado. Por todo esto se hace tan importante que empiecen a nacer expresiones de unidad popular que restablezcan el derecho de autodeterminación del poder popular y su naturaleza eminentemente constituyente y resistente.
  3. Tampoco se subsume a los códigos liberales de la democracia burguesa: una de las consecuencias que vemos con el avance de la absorción del poder de base es que él mismo termina obligado a reconocerse como parte de un régimen liberal interclasista donde vale lo mismo un supuesto poder generado desde los espacios de la burguesía y pequeña burguesía a los rincones más marginados y hambrientos de nuestra sociedad. Vale entonces lo mismo una asociación empresarial a una instancia de control obrero y campesino, por derechos “democráticos”. Es nuestro deber reiterar que el poder popular es un poder clasista y definido claramente bajo un parámetro democrático pero a la vez radicalmente transformador de nuestra realidad. Dentro del poder popular debe operar una “dictadura del sueño igualitario”, no un falso debate y “encuentro” pacífico entre la reafirmación y la negación del sistema colonial y capitalista. Se defiende la madre tierra, se defiende el poder territorial y social, se defiende el poder obrero y campesino, la contraloría social, la organización ancestral indígena, bajo un criterio práctico de acción ocupante, expropiadora y transformadora de la realidad manejada por el poder enemigo capitalista. No son poderes pasivos, “democráticos” y obedientes, son lugares de negación radical del sistema de explotación dominante. El imperialismo no está fuera de nuestras naciones, el capitalismo que aún se nos impone sobrevive gracias a que esos imperios están sembrados en nuestra tierra y garantizan el régimen de desigualdad y la barbarie del capital. Por ello solo se acepta la diversidad de expresiones de resistencia y militantes de una sociedad distinta.
  4. Hoy en día es imprescindible que este poder libere sus espacios y sus lenguajes. Actúe con ciencia y pensamiento propio, es decir, su propia política que de hecho “otra política” frente al poder constituido: lo que quiere decir que una de las tareas fundamentales del poder popular hoy en día es la creación de conocimiento y lenguaje propio. Desafortunadamente mientras la burocracia corporativa se hizo a sí misma de un imaginario verbal que proviene directamente del pensamiento libertario y revolucionario producido por los pueblos del mundo, ese mismo lenguaje en la práctica hace las veces de caja de censura, vaciando su sentido y verdad. Muchas veces por oportunismo las organizaciones de base reproducen como loros los códigos revolucionarios maqueteados por esta burocracia sin darse cuenta que más allá de los que les pueda servir a los fines de recursos y consentimiento de los agentes de gobierno, se quitan a sí mismos el derecho a la creación de nuevos lenguajes y horizontes de conocimiento. Hablemos libremente, quitémonos de encima la insoportable cultura de la autocensura, aprendamos de la palabra más sencilla pero llena de dignidad y buena rabia. Saquemos la risa y la jodienda caribeña no solo para burlarnos de las imbecilidades ajenas de la derecha sino de los “conductores de la revolución” y sus altas hechonerías llenas de teatros tecnocráticos y altísimos dirigentes que ya ni se recuerdan como saltarse un charco en un barrio si algún día lo hicieron. Busquemos hacernos de un conocimiento abierto y crítico, generados por infinitos puntos de producción cognitiva que van dándole vida y color al comunismo que ya empezó a nacer en el mundo.
  5. Se reafirma entonces una legalidad revolucionaria que abre los caminos a la república autogobernante: los pasos hacia una nueva expresión “comunaria” del poder popular entendemos que van generando un orgullo propio y un sentido de poder y seguridad en el mando colectivo que tarde o temprano va a ir formando las bases de una legalidad manejada por él mismo, donde valga “su norma”, “su título”, “su definición”, “su decisión”, por encima de la pesada y necesariamente burguesa raíz de la legalidad emanada por el orden constituido. Ese poder “que no se delega”, siendo por principio el más constitucional de todos los poderes, al mismo tiempo se va reconociendo a sí mismo en la posibilidad de producir su propia legalidad. No por imposición totalitaria sino por consenso de comunidades y espacios de trabajo que poco a poco se van dando cuenta que tienen todo el derecho de “ser poder” en todo el sentido de la palabra y no un bachaco marginal que la magnificencia institucional le permite de vez en cuando “participar” en discusiones que se diluyen en su vacío. Los tiempos de una “legalidad revolucionaria”, están por llegar, van a ser además claves para dar los saltos cualitativos que este proceso exige y desde donde veremos nacer verdaderas comunas, consejos, corredo res, territorios, tierras y fábricas, socialistas y autogobernantes. Son ciclos lentos, exigen mucha formación y paciencia pero al mismo tiempo se aceleran en la medida en que se toma creadoramente toda la cantidad de lugares que las fuerzas dominantes han controlado por siglos.
  6. El poder que buscamos es directamente sobre las cosas no sobre los seres humanos, porque “somos iguales”. Sobre este principio vamos materializando un poder real y autogobernante: se deriva entonces que desde el poder popular comienza a nacer por igual otra idea de poder completamente ajena a la concepción burocrática y representativa del poder que a su vez hace llave con los principios del dominio capitalista. Un poder constituido desde la rebelión del trabajo manual e intelectual humano, como diría Marx no busca el dominio sobre los hombres sino sobre las cosas. “No queremos ser gobierno queremos gobernar”, se dirá a finales de los años ochenta desde la desobediencia popular, siguiendo el mismo camino descifrado por Marx pero en medio de una rebelión popular que ya manifestaba sus comienzos. Esto nos lleva hoy a algo mucho más concreto y es el nacimiento de una corriente del poder popular que se centra en la necesidad de gobernar desde los perímetros territoriales que se han decidido controlar, las cosas que han de ser útiles a todos y que tendrán que tomarse o producirse. El problema del poder de concentrarse en la obtención de cargos dirigentes dentro de una estructura de poder preestablecida por las clases dominantes, pasa a convertirse en una meta de mando sobre las cosas (terrenos, fábricas, tecnologías, inmuebles, sistemas de producción, de salud, de comunicación, centros de distribución, etc) que podemos abordar desde un protagonismo rebelde que se las juega todo en esta historia. Más allá del “como” lo logramos que es un problema de estrategia, dicho perfil da nacimiento a la definición de la “carta de lucha” como cédula primaria de orden político para definir la necesidad gobernante específica de una comunidad. La idea de poder efectivamente se transforma por completo transformando a su vez la personalidad o subjetividad política que crece al interno del poder popular.
  7. Necesitamos de recursos estratégicos manejados directamente desde el espacio comunario, un reto fundamental de autonomía: efectivamente, ya está más que probado que la burocracia y todo el rango corporativo de estado utiliza el manejo unilateral y arbitrario sobre los recursos de estado como fuente básica de mando y corrupción sobre el espacio social. Aquí se acabó la participación y el protagonismo popular y se impone de nuevo el favor condicionado y la captura de movimientos de lucha. Estimamos que en el fondo no es posible cambiar esta lógica desde el estado mismo. Es una línea de acción que está en su naturaleza. Una misma lógica derivada de los favores a una clase que se dan desde los centros financieros del sistema capitalismo. Un poder popular y autogobernante necesariamente tiene que romper con estas ataduras si quiere presentarse realmente como una fuerza de liberación. No cabe otra salida que el desarrollo de múltiples estrategias en función de garantizar fondos y recursos propios cuya lógica de distribución sea absolutamente contraria a esta arbitrariedad, divulgando una verdadera cultura de la autogestión social que distribuye para una necesidad colectiva y legítima y no un convenimiento arbitrario. Tenemos que generar “otra economía” y otro espacio productivo que derive de la apropiación directa o negociada de las fuentes básicas de recursos, incluido en nuestro caso las riquezas minerales y energéticas del subsuelo. En todo esto apenas hemos aprendido pero ya avanzamos.
  8. Finalmente dentro de un contexto que se complejiza hay prioridades que abordar en un todo comunario: quizás en estos momentos cabe decir que entre el control obrero, la toma y la autogestión de tierras, la creación de un auténtico movimiento de pobladores, la construcción de un poder comunicacional y productivo, la capacidad de defensa y la reafirmación revolucionaria y bolivariana o nuestramericana de la lucha de todos, descansa el horizonte de una revolución vista desde la base del poder popular. La “carta de lucha comunaria”, los valores mínimos de un poder popular que se están proponiendo indica un camino necesario y ya avanzado pero que tiene que organizarse allí donde se desenvuelve la lucha real de nuestros pueblos y la comunidad de valores, alegrías y sueños que se construye. Que suene la Guarura de los pueblos, por allí se grita.
Recuperar la razón originaria del movimiento y el poder popular: dentro de un contexto en que se han perdiendo los valores de autonomía y el sentido originario de la revolución bolivariana ligada a las metas de la construcción de una democracia radical y revolucionaria fabricada a partir de un proceso popular constituyente, es hoy urgente restablecer los sentidos originarios de un movimiento multitudinario que fue de hecho el que permitió la victoria y sobrevivencia de la revolución bolivariana, garante de la misma hasta ahora. El poder que se va acumulando desde la lucha popular nada tiene que ver con la raíz de un estado nacido de la traición a la lucha independentista y la sumisión colonial y capitalista subsiguiente. Es un poder fruto de la lucha misma, del espacio y territorios que se le van conquistando en esta batalla histórica. Recuperar esta razón y sentido originario se hace fundamental para preservar nuestra capacidad transformadora de la realidad social. Política y cultural en la cual hemos nacido. El sentido de lo “comunario” y su papel en la liberación de los lenguajes: dentro de las palabras comunes del movimiento popular hegemoniza el sentido de la “comunidad” como célula básica del desenvolvimiento primario del nuevo poder. Sin embargo, este sentido básico de “comunidad” por lo general se queda dentro de la esfera de una comunidad que se encierra sobre sí misma y muchas veces restringida únicamente a la comunidad vecinal. En ese sentido nos recogemos y abandonamos la multitud de espacios donde es necesario “hacer comunidad”, construir “comunismo”, como diría el pensamiento clásico revolucionario. Son espacios de vida, de trabajo, de formación, de vecindad, lo que debemos envolver dentro del proyecto básico autogobernante y socialista. Necesitamos por tanto un nombre de “comunidad” superior y más envolvente que recoja la memoria de Ayllu andino que cubría la totalidad del de lo que somos como sociedades diversas y comunidades ellas mismas heterogéneas y por hacerse una verdadera realidad. En ese sentido al hablar de expresiones nacidas de la comunidad proponemos el principio de lo “comunario” reivindicado en muchos movimientos de base y el lenguaje cread or del pensamiento crítico nuestramericano. De allí la nominación que proponemos de “Frente de expresiones comunarias libertarias.

jansamcar@gmail.com

Fuente: http://www.aporrea.org/poderpopular/a131209.html

Diez puntos relativos al poder popular y un frente libertario de expresiones “comunarias”

Roland Denis


  1. Un movimiento que se expresa a través de formas orgánicas, tiempos y espacios propios, en funciones infinitas: precisamente aquí esta su “otra” condición de poder, entendido como potencia y capacidad de decisión sobre la realidad. Tenemos nuestras formas orgánicas nacidas desde las comunidades originarias ya ancestrales, hasta las formas más novedosas que van generándose en la medida en que madura y se profundiza este poder desde la misma lucha de clases. Por ello sus ciclos de tiempo son totalmente distintos a los del capital y el estado, por lo general más lentos pero cuando se acelera supera en velocidad de formación cualquier formalidad protocolar capitalista. No actúa por decreto sino por proceso constituyente de colectividades que encuentran las maneras de ejercer el verdadero control social sobre sus realidades y las articulaciones necesarias con otros contextos sociales. Sus espacios, precisamente gracias a esta evolución, se configuran fuera de toda determinación impuesta por el estado burgués. Por esto mucho más allá que funciones gerenciales comandadas verticalmente, las funciones productivas, defensivas, formativas, creadoras, científicas, movilizadoras, etc, de este poder se expanden con su propio fortalecimiento y se convierten en lugares de realización de la identidad y espíritu de un nuevo hombre y mujer que nace en él.
  2. No puede estar delimitado por leyes: es por esto que ya no se puede seguir aceptando que el poder popular siga siendo delimitado en sus formas, procesos, normas, etc, por leyes que a la final lo niegan y paralizan. La ley está para reconocerlo y ayudarlo en último caso, jamás para prefigurarlo en sus formas, tiempos, espacios y obligaciones. Esto más bien crea las bases contrarias de lo que puede ser un verdadero poder revolucionario del pueblo. Se van cimentando los pilares de un estado corporativo que maneja un supuesto “poder popular” como una extensión y de su cuerpo institucional y centralizado en él. Esta es la derrota del espíritu libertario, igualitario y subversivo de la revolución que en estos momentos opera a través de esta prefiguración legal y mando externo sobre los poderes populares. Lo cual está creando incluso las condiciones para su burocratización definitiva y su entrada por reflejo y captación de sus cuadros dentro del entramo de corrupción que impera dentro del estado. Por todo esto se hace tan importante que empiecen a nacer expresiones de unidad popular que restablezcan el derecho de autodeterminación del poder popular y su naturaleza eminentemente constituyente y resistente.
  3. Tampoco se subsume a los códigos liberales de la democracia burguesa: una de las consecuencias que vemos con el avance de la absorción del poder de base es que él mismo termina obligado a reconocerse como parte de un régimen liberal interclasista donde vale lo mismo un supuesto poder generado desde los espacios de la burguesía y pequeña burguesía a los rincones más marginados y hambrientos de nuestra sociedad. Vale entonces lo mismo una asociación empresarial a una instancia de control obrero y campesino, por derechos “democráticos”. Es nuestro deber reiterar que el poder popular es un poder clasista y definido claramente bajo un parámetro democrático pero a la vez radicalmente transformador de nuestra realidad. Dentro del poder popular debe operar una “dictadura del sueño igualitario”, no un falso debate y “encuentro” pacífico entre la reafirmación y la negación del sistema colonial y capitalista. Se defiende la madre tierra, se defiende el poder territorial y social, se defiende el poder obrero y campesino, la contraloría social, la organización ancestral indígena, bajo un criterio práctico de acción ocupante, expropiadora y transformadora de la realidad manejada por el poder enemigo capitalista. No son poderes pasivos, “democráticos” y obedientes, son lugares de negación radical del sistema de explotación dominante. El imperialismo no está fuera de nuestras naciones, el capitalismo que aún se nos impone sobrevive gracias a que esos imperios están sembrados en nuestra tierra y garantizan el régimen de desigualdad y la barbarie del capital. Por ello solo se acepta la diversidad de expresiones de resistencia y militantes de una sociedad distinta.
  4. Hoy en día es imprescindible que este poder libere sus espacios y sus lenguajes. Actúe con ciencia y pensamiento propio, es decir, su propia política que de hecho “otra política” frente al poder constituido: lo que quiere decir que una de las tareas fundamentales del poder popular hoy en día es la creación de conocimiento y lenguaje propio. Desafortunadamente mientras la burocracia corporativa se hizo a sí misma de un imaginario verbal que proviene directamente del pensamiento libertario y revolucionario producido por los pueblos del mundo, ese mismo lenguaje en la práctica hace las veces de caja de censura, vaciando su sentido y verdad. Muchas veces por oportunismo las organizaciones de base reproducen como loros los códigos revolucionarios maqueteados por esta burocracia sin darse cuenta que más allá de los que les pueda servir a los fines de recursos y consentimiento de los agentes de gobierno, se quitan a sí mismos el derecho a la creación de nuevos lenguajes y horizontes de conocimiento. Hablemos libremente, quitémonos de encima la insoportable cultura de la autocensura, aprendamos de la palabra más sencilla pero llena de dignidad y buena rabia. Saquemos la risa y la jodienda caribeña no solo para burlarnos de las imbecilidades ajenas de la derecha sino de los “conductores de la revolución” y sus altas hechonerías llenas de teatros tecnocráticos y altísimos dirigentes que ya ni se recuerdan como saltarse un charco en un barrio si algún día lo hicieron. Busquemos hacernos de un conocimiento abierto y crítico, generados por infinitos puntos de producción cognitiva que van dándole vida y color al comunismo que ya empezó a nacer en el mundo.
  5. Se reafirma entonces una legalidad revolucionaria que abre los caminos a la república autogobernante: los pasos hacia una nueva expresión “comunaria” del poder popular entendemos que van generando un orgullo propio y un sentido de poder y seguridad en el mando colectivo que tarde o temprano va a ir formando las bases de una legalidad manejada por él mismo, donde valga “su norma”, “su título”, “su definición”, “su decisión”, por encima de la pesada y necesariamente burguesa raíz de la legalidad emanada por el orden constituido. Ese poder “que no se delega”, siendo por principio el más constitucional de todos los poderes, al mismo tiempo se va reconociendo a sí mismo en la posibilidad de producir su propia legalidad. No por imposición totalitaria sino por consenso de comunidades y espacios de trabajo que poco a poco se van dando cuenta que tienen todo el derecho de “ser poder” en todo el sentido de la palabra y no un bachaco marginal que la magnificencia institucional le permite de vez en cuando “participar” en discusiones que se diluyen en su vacío. Los tiempos de una “legalidad revolucionaria”, están por llegar, van a ser además claves para dar los saltos cualitativos que este proceso exige y desde donde veremos nacer verdaderas comunas, consejos, corredo res, territorios, tierras y fábricas, socialistas y autogobernantes. Son ciclos lentos, exigen mucha formación y paciencia pero al mismo tiempo se aceleran en la medida en que se toma creadoramente toda la cantidad de lugares que las fuerzas dominantes han controlado por siglos.
  6. El poder que buscamos es directamente sobre las cosas no sobre los seres humanos, porque “somos iguales”. Sobre este principio vamos materializando un poder real y autogobernante: se deriva entonces que desde el poder popular comienza a nacer por igual otra idea de poder completamente ajena a la concepción burocrática y representativa del poder que a su vez hace llave con los principios del dominio capitalista. Un poder constituido desde la rebelión del trabajo manual e intelectual humano, como diría Marx no busca el dominio sobre los hombres sino sobre las cosas. “No queremos ser gobierno queremos gobernar”, se dirá a finales de los años ochenta desde la desobediencia popular, siguiendo el mismo camino descifrado por Marx pero en medio de una rebelión popular que ya manifestaba sus comienzos. Esto nos lleva hoy a algo mucho más concreto y es el nacimiento de una corriente del poder popular que se centra en la necesidad de gobernar desde los perímetros territoriales que se han decidido controlar, las cosas que han de ser útiles a todos y que tendrán que tomarse o producirse. El problema del poder de concentrarse en la obtención de cargos dirigentes dentro de una estructura de poder preestablecida por las clases dominantes, pasa a convertirse en una meta de mando sobre las cosas (terrenos, fábricas, tecnologías, inmuebles, sistemas de producción, de salud, de comunicación, centros de distribución, etc) que podemos abordar desde un protagonismo rebelde que se las juega todo en esta historia. Más allá del “como” lo logramos que es un problema de estrategia, dicho perfil da nacimiento a la definición de la “carta de lucha” como cédula primaria de orden político para definir la necesidad gobernante específica de una comunidad. La idea de poder efectivamente se transforma por completo transformando a su vez la personalidad o subjetividad política que crece al interno del poder popular.
  7. Necesitamos de recursos estratégicos manejados directamente desde el espacio comunario, un reto fundamental de autonomía: efectivamente, ya está más que probado que la burocracia y todo el rango corporativo de estado utiliza el manejo unilateral y arbitrario sobre los recursos de estado como fuente básica de mando y corrupción sobre el espacio social. Aquí se acabó la participación y el protagonismo popular y se impone de nuevo el favor condicionado y la captura de movimientos de lucha. Estimamos que en el fondo no es posible cambiar esta lógica desde el estado mismo. Es una línea de acción que está en su naturaleza. Una misma lógica derivada de los favores a una clase que se dan desde los centros financieros del sistema capitalismo. Un poder popular y autogobernante necesariamente tiene que romper con estas ataduras si quiere presentarse realmente como una fuerza de liberación. No cabe otra salida que el desarrollo de múltiples estrategias en función de garantizar fondos y recursos propios cuya lógica de distribución sea absolutamente contraria a esta arbitrariedad, divulgando una verdadera cultura de la autogestión social que distribuye para una necesidad colectiva y legítima y no un convenimiento arbitrario. Tenemos que generar “otra economía” y otro espacio productivo que derive de la apropiación directa o negociada de las fuentes básicas de recursos, incluido en nuestro caso las riquezas minerales y energéticas del subsuelo. En todo esto apenas hemos aprendido pero ya avanzamos.
  8. Finalmente dentro de un contexto que se complejiza hay prioridades que abordar en un todo comunario: quizás en estos momentos cabe decir que entre el control obrero, la toma y la autogestión de tierras, la creación de un auténtico movimiento de pobladores, la construcción de un poder comunicacional y productivo, la capacidad de defensa y la reafirmación revolucionaria y bolivariana o nuestramericana de la lucha de todos, descansa el horizonte de una revolución vista desde la base del poder popular. La “carta de lucha comunaria”, los valores mínimos de un poder popular que se están proponiendo indica un camino necesario y ya avanzado pero que tiene que organizarse allí donde se desenvuelve la lucha real de nuestros pueblos y la comunidad de valores, alegrías y sueños que se construye. Que suene la Guarura de los pueblos, por allí se grita.
Recuperar la razón originaria del movimiento y el poder popular: dentro de un contexto en que se han perdiendo los valores de autonomía y el sentido originario de la revolución bolivariana ligada a las metas de la construcción de una democracia radical y revolucionaria fabricada a partir de un proceso popular constituyente, es hoy urgente restablecer los sentidos originarios de un movimiento multitudinario que fue de hecho el que permitió la victoria y sobrevivencia de la revolución bolivariana, garante de la misma hasta ahora. El poder que se va acumulando desde la lucha popular nada tiene que ver con la raíz de un estado nacido de la traición a la lucha independentista y la sumisión colonial y capitalista subsiguiente. Es un poder fruto de la lucha misma, del espacio y territorios que se le van conquistando en esta batalla histórica. Recuperar esta razón y sentido originario se hace fundamental para preservar nuestra capacidad transformadora de la realidad social. Política y cultural en la cual hemos nacido. El sentido de lo “comunario” y su papel en la liberación de los lenguajes: dentro de las palabras comunes del movimiento popular hegemoniza el sentido de la “comunidad” como célula básica del desenvolvimiento primario del nuevo poder. Sin embargo, este sentido básico de “comunidad” por lo general se queda dentro de la esfera de una comunidad que se encierra sobre sí misma y muchas veces restringida únicamente a la comunidad vecinal. En ese sentido nos recogemos y abandonamos la multitud de espacios donde es necesario “hacer comunidad”, construir “comunismo”, como diría el pensamiento clásico revolucionario. Son espacios de vida, de trabajo, de formación, de vecindad, lo que debemos envolver dentro del proyecto básico autogobernante y socialista. Necesitamos por tanto un nombre de “comunidad” superior y más envolvente que recoja la memoria de Ayllu andino que cubría la totalidad del de lo que somos como sociedades diversas y comunidades ellas mismas heterogéneas y por hacerse una verdadera realidad. En ese sentido al hablar de expresiones nacidas de la comunidad proponemos el principio de lo “comunario” reivindicado en muchos movimientos de base y el lenguaje cread or del pensamiento crítico nuestramericano. De allí la nominación que proponemos de “Frente de expresiones comunarias libertarias.

jansamcar@gmail.com

Fuente: http://www.aporrea.org/poderpopular/a131209.html

Lanzamiento de la última canción desde la cárcel de Julián Conrado: "Alzado en canto"



 
En primicia, "Alzando el canto", última canción sacada de la cárcel y musicalizada fruto del trabajo de una inmensa cadena humana de solidaridades.

Un insurgente, verdadero revolucionario, un cantor del pueblo NO CALLA. Desde su lugar de reclusión en Venezuela, donde se encuentra desde hace más de 4 meses y con graves afecciones de salud, Julián Conrado comparte a través del canto las razones de su inquebrantable lucha. Apresado en Venezuela, el país de Bolívar, Julián Conrado es expresión inequívoca de la verdadera esencia bolivariana. "La verdad es mi canto" dice Julián, sintetizando la resistencia y la lucha del pueblo colombiano. Más allá del hombre, se ha encarcelado a un Cantor de los pueblos, y porque más allá del Cantor incluso, la detención pone de relieve el tema de las entregas de perseguidos políticos al régimen colombiano y el nefasto alineamiento a las políticas de cacería humana impuestas por EEUU. Conrado fue detenido el 31 de mayo en territorio venezolano por accionar conjunto de fuerzas represivas colombianas y venezolanas. Corre riesgo de ser entregado ilegalmente al régimen colombiano, régimen que ya ha empujado a la muerte, por torturas, a 7 presos políticos -sólo en los 6 primeros meses de 2011-. 

Se teme también que una vez entregado a Colombia sea llevado a los Estados Unidos. Se ha solicitado el Asilo por evidentes motivos de persecución política, y además por razones humanitarias. Tanto la Convención de Ginebra, como la Convención Contra la Tortura, entre otras convenciones del DIH, así como las propias leyes de la constitución venezolana, impiden entregarlo. El gobierno venezolano tiene la opción de otorgarle el ASILO o en todo caso, remitirlo a un tercer país neutral. Su entrega a Colombia traicionaría los principios y la ética revolucionaria venezolana esperanza de cambio hacia una sociedad más justa. 

Recomendamos leer la carta que está circulando a nivel mundial para el presidente Hugo Chávez y su gobierno: http://www.kaosenlared.net/noticia/carta-abierta-chavez-gobierno-venezolano-asilo-julian-conrado-cesen-en

Cuba rinde homenaje hoy a las víctimas del terrorismo de Estado

6 OCTUBRE 2011 
Cuba realizará hoy diversas acciones por el Día de las víctimas del terrorismo de Estado que incluirá un acto patriótico cultural en un teatro habanero y concentraciones en centros educacionales y de trabajo.
De acuerdo con los organizadores, las actividades centrales se realizarán a las 16:00 hora local (20:00 GMT) en la Sala Universal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, con transmisión en vivo de Radio Rebelde y diferida de la televisión.
La conmemoración del Día, establecida el año pasado por disposición gubernamental, coincide con la voladura en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación que ocasionó la muerte de sus 73 ocupantes sobre las costas de Barbados, el 6 de octubre de 1976.
El programa radiotelevisado Mesa Redonda Informativa reunirá a periodistas e investigadores para analizar el saldo de 52 años (desde el triunfo de la Revolución) de acciones terroristas contra Cuba promovidas y con la impunidad de Estados Unidos.
Antes estudiantes y trabajadores se reunirán en lugares emblemáticos como el muelle La Coubre, donde en 1960 un atentado organizado por la Agencia central de Inteligencia (CIA) explotó el carguero francés homónimo con saldo de un centenar de muertos.
El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, participó anoche en una vigilia que se prolongó hasta la medianoche en recordación de los miles de muertos causados por el terrorismo de Estados Unidos.
(Con información de Prensa Latina)
Vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba, el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO/
Vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba, el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO/
Tony Guerrero Cabrera, hijo de Antonio Guerrero, uno de los Cinco Antiterroristas Cubanos presos injustamente en cárceles de los Estados Unidos, durante la vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO/
Tony Guerrero Cabrera, hijo de Antonio Guerrero, uno de los Cinco Antiterroristas Cubanos presos injustamente en cárceles de los Estados Unidos, durante la vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO/
Vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba, el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO/
Vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba, el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO/
Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, ofrece palabras a la prensa, durante la vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO
Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, ofrece palabras a la prensa, durante la vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO
Camilo Rojo Morales, nieto de Jesús Rojo, una de las víctimas del terrorismo, pronuncia discurso, durante la vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO/
Camilo Rojo Morales, nieto de Jesús Rojo, una de las víctimas del terrorismo, pronuncia discurso, durante la vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO/
Vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba, el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO
Vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba, el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel ERNESTO

Fidel Castro: Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla (+ Video)

6 OCTUBRE 2011 
Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en el acto de despedida de duelo de las víctimas del avión de cubana destruido en pleno vuelo, el 6 de octubre, efectuado en la Plaza de la Revolución el día 15 de octubre de 1976, “Año del XX aniversario del Granma” (Versiones Taquigraficas-Consejo de Estado)
Familiares de los cubanos asesinados el 6 de octubre;
Compatriotas:
Conmovidos, luctuosos, indignados, nos reunimos hoy en esta histórica Plaza para despedir, aunque solo sea casi simbólicamente, los restos de nuestros hermanos asesinados en el brutal acto de terrorismo perpetrado contra un avión civil en pleno vuelo con 73 personas a bordo, de ellas 57 cubanos. La mayor parte de los restos yacen en las profundidades abismales del océano, sin que la tragedia haya dejado a los familiares allegados ni aun el consuelo de sus cadáveres. Solo los restos mortales de ocho cubanos han podido ser recuperados. Ellos se convierten así en símbolo de todos los caídos, el único resto material al que daremos sepultura en nuestra tierra de quienes fueron 57 saludables, vigorosos, entusiastas, abnegados y jóvenes compatriotas nuestros. Su edad promedio apenas rebasaba los 30 años aunque sus vidas eran ya, sin embargo, inmensamente ricas en su aporte al trabajo, al estudio, al deporte, al afecto de sus familiares allegados y a la Revolución.
Cuando leemos las biografías de cada uno de ellos vemos qué espléndida hoja de servicios al país constituyen sus vidas. El capitán de la nave habla sido elegido, este mismo año, Héroe Nacional del Trabajo. Muchos habían recibido la Medalla XX Aniversario. Numerosos entre los tripulantes habían prestado distintos servicios internacionalistas y los atletas acababan de escribir una brillante e insuperable página deportiva, ganando la totalidad de las medallas de oro en las competencias regionales de esgrima que acababan de efectuarse en Caracas. Muchos eran militantes de la Juventud o del Partido, todos se destacaban en sus actividades, cada uno de ellos había sido un claro ejemplo de cómo la dedicación al estudio, a la superación, al trabajo y al cumplimiento del deber es hoy la característica esencial de nuestros conciudadanos.
No eran millonarios en viaje de placer, no eran turistas que disponían de tiempo y de recursos para visitar otros países; eran humildes trabajadores o estudiantes y deportistas que cumplían con modestia y dedicación las tareas asignadas por la patria.
Entre los viajeros del avión había 11 jóvenes guyaneses, seis de ellos seleccionados para realizar estudios de medicina en Cuba, vidas que se pierden de hombres cuyo destino era salvar vidas en su país subdesarrollado y pobre. También murieron cinco abnegados ciudadanos de la República Popular Democrática de Corea, un pueblo tanto tiempo asediado por Estados Unidos, que visitaban países de América Latina en viaje de amistad.
En pleno vuelo el avión fue destruido por una carga explosiva a los pocos minutos de haber despegado del aeropuerto de Barbados. Con heroísmo indescriptible los bravos y expertos pilotos de la nave hicieron un supremo esfuerzo para hacerla regresar a tierra, pero el equipo, ardiendo y casi destruido, solo pudo permanecer en el aire unos minutos más. Contaron, sin embargo, con el tiempo y la entereza suficiente para explicar que había ocurrido una explosión a bordo, que la nave ardía e intentaban regresar a tierra. Es inimaginable el drama que tiene que haber significado para los pasajeros y los tripulantes la explosión y el incendio encerrados en una nave aérea a una altura aproximada de 6 000 metros.
Alguna agencia imperialista de inmediato habló sobre un posible fallo mecánico, pero en cinta grabada quedaron registradas todas las palabras del piloto trasmitidas al aeropuerto de Barbados. A esa evidencia se sumaron inmediatamente otras. Dos individuos con documentos que los acreditaban como venezolanos habían tomado el avión en Trinidad para descender del mismo en Barbados antes del accidente; casi inmediatamente después que la nave estallara en el aire tomaron otro avión de regreso a Trinidad, donde se alojaron sin equipaje alguno en el más lujoso hotel. A petición de las autoridades de Barbados, a quienes se les habían hecho sospechosos, fueron arrestados.
Las investigaciones iniciadas por la policía de ambos países arrojaron de inmediato indicios que hacían recaer sobre ellos la fuerte presunción de ser los autores materiales del sabotaje.
Por el carácter de la documentación, las autoridades de Venezuela tuvieron también rápido conocimiento de los hechos y acceso a la investigación. Al día siguiente, 7 de octubre, el presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, en cable de condolencia a Cuba, calificaba el hecho de abominable crimen. En términos públicos semejantes se expresó después, en la sede de Naciones Unidas, el propio Primer Ministro de Barbados. El hecho de que esos gobiernos -cuyos funcionarios tenían acceso a las fuentes más inmediatas e importantes de información, que eran los propios arrestados, las circunstancias que rodeaban su conducta y sus documentos- calificaran el acto como terrorismo, era ya de por sí muy significativo.
Aunque desde las primeras informaciones el Gobierno de Cuba no albergaba la menor duda acerca de la causa de la tragedia, se abstuvo de hacer declaración alguna en espera de analizar cuidadosamente las noticias que se fueran recibiendo, así como los antecedentes e informes -unos públicos y otros confidenciales- que obraban en su poder.
En los primeros instantes no se conocía con exactitud la verdadera identidad de los detenidos. Se habló de la posibilidad de que la documentación fuera falsa. Se dieron a la publicidad los nombres de Freddy Lugo y José Velázquez y se dijo que este último se hacía llamar también José García, mencionándose que portaba más de un pasaporte. Se publicó también, más adelante, que la cónsul de Venezuela había conversado cinco horas con los detenidos y que el Embajador de Estados Unidos en Barbados había partido apresuradamente hacia Washington. No obstante, las noticias en torno a los arrestados y otros detalles y circunstancias de interés se guardaban bastante herméticamente.
El 9 de octubre el Gobierno de Venezuela declaró que Freddy Lugo era ciudadano venezolano y que se proseguían las pesquisas para identificar a José Velázquez o José García.
El 10 de octubre varias fuentes absolutamente fidedignas de círculos periodísticos de Venezuela, indignados por el monstruoso crimen, hicieron llegar a Cuba informes de suma importancia. Estos revelaban que un fotógrafo del periódico El Mundo, llamado Hernán Ricardo, dos semanas atrás habla sido visto en compañía de Félix Martínez Suárez, conocido enemigo de la Revolución Cubana, y dos sujetos más. Que este Hernán Ricardo era inseparable de Freddy Lugo. Que dos días después de la explosión de una bomba en las oficinas de Cubana de Aviación en Panamá, Hernán Ricardo había llegado al aeropuerto de Maiquetía procedente de ese país. Que poseían indicios ciertos de que dicho sujeto contaba con tres pasaportes, uno de ellos a nombre de José Velázquez. Se añadía que en la propia redacción del periódico El Mundo había alardeado conocer que un avión cubano sería volado en Barbados.
Pero lo más esencial e importante que nos comunicaron estas fuentes bien informadas de Venezuela, es que en amplios círculos se conocía que Hernán Ricardo era agente de la CIA, que muchas veces manejaba informes procedentes de la misma y que, devengando un sueldo relativamente modesto de 1 600 bolívares, poseía un automóvil de 40 000 y un apartamento de 100 000. Algunas personas lo habían oído también comentar con Freddy Lugo sobre cursos de explosivos que estaban recibiendo. Que por todos estos antecedentes ellos sospechaban que el otro arrestado, que se hacía pasar por José Velázquez, era Hernán Ricardo.
Dos días después, el 12 de octubre, el Gobierno de Venezuela anunció oficialmente que el segundo detenido, José Velázquez, era realmente Hernán Ricardo.
Esto lo explica todo.
A los informes procedentes de Venezuela debemos añadir que, de acuerdo con los datos que obran en nuestro poder, Félix Martínez Suárez es reputado agente de la CIA.
Noticias públicas procedentes de Venezuela hablan sobre fabulosas cantidades de dinero entregadas a los autores materiales del hecho.
El territorio de Venezuela fue incuestionablemente usado para la materialización del sabotaje en la fase final del mismo y ciudadanos de ese país, sin lugar a dudas, fueron los autores materiales del horrible crimen. Pero esto no nos conduce a confusiones de ninguna índole.
Es cierto que en Venezuela existe un grupo de connotados elementos contrarrevolucionarios cubanos, con cierto acceso a determinadas esferas políticas, que están implicados en los planes imperialistas de terrorismo contra nuestra patria y que es muy difícil que algunos de ellos no hayan tenido que ver con los hechos. Pero nosotros no albergamos la menor duda de que el Gobierno de Venezuela es absolutamente ajeno a los planes agresivos de Estados Unidos contra Cuba; que su actitud hacia nuestro país ha sido honesta; que tal como lo ha prometido el propio presidente Carlos Andrés Pérez, hará una investigación exhaustiva sobre las implicaciones que en los repugnantes hechos pueden haber tenido ciudadanos venezolanos o residentes en el país, y que exigirá responsabilidad a quien corresponda por la utilización del territorio de Venezuela como base de agresiones para actos terroristas.
El reclutamiento de ciudadanos y el empleo del territorio de otros países para realizar actos de esa naturaleza, son métodos típicos de la CIA.
Al principio teníamos dudas si la CIA había organizado directamente el sabotaje o lo elaboró cuidadosamente a través de sus organizaciones de cobertura integradas por contrarrevolucionarios cubanos; ahora nos inclinamos decididamente por la primera tesis. La CIA tuvo una participación directa en la destrucción del avión de Cubana en Barbados.
Lo más repugnante de este caso es el empleo de mercenarios que por dinero son capaces de segar en unos segundos 73 preciosas vidas de personas indefensas, con las cuales incluso viajaron en el avión minutos antes.
En los Ultimos meses el Gobierno de Estados Unidos, resentido por la contribución de Cuba a la derrota sufrida por los imperialistas y los racistas en Africa, junto a brutales amenazas de agresión, desató una serie de actividades terroristas contra Cuba. Esa campaña se ha venido intensificando por día y se ha dirigido, fundamentalmente, contra nuestras sedes diplomáticas y nuestras líneas aéreas.
El 9 de julio del presente año, en Kingston, Jamaica, solo varias semanas antes del sabotaje al avión de Barbados, una potente bomba hizo explosión en el vagón que cargaba los equipajes del vuelo de Cubana de Aviación que se dirigía hacia Cuba. El artefacto no estalló dentro de la nave en pleno vuelo, debido a que se produjo un atraso en el arribo de la misma.
El 2 de octubre de este año, cuatro días antes del sabotaje al avión en Barbados, el periodista contrarrevolucionario Llano Montes, que tiene razones para estar bien informado sobre esos menesteres, publicó en El Mundo de Caracas que una bomba de dinamita plástica había sido colocada bajo el ala de un avión de la Compañía Cubana de Aviación en Barbados y que la misma se había despegado por un pequeño derrame de gasolina cuando el avión iba por la pista para iniciar el vuelo. Añadió que un empleado de Seguridad del aeropuerto encontró la dinamita plástica en el suelo, le quitó el detonador y la llevó a las oficinas, de donde desapareció sin que diera cuenta a sus superiores.
En los actos de terrorismo perpetrados contra Cuba en todos los estados de la zona del Caribe y Centroamérica que mantienen relaciones con nuestra patria, han sido utilizados no solo los territorios de esos países: México, Panamá, Colombia, Jamaica, Barbados, Trinidad Tobago y Venezuela, sino además los de otras naciones vecinas como Santo Domingo y Costa Rica, donde también residen, se mueven y organizan los terroristas, sin excluir, desde luego, Estados Unidos, Puerto Rico, Nicaragua y Chile donde tienen sus bases y actúan abiertamente con apoyo oficial. En el desarrollo de estas actividades él imperialismo ha violado descaradamente la soberanía y las leyes de numerosos países del área.
Los autores de estos crímenes se mueven impunemente por todas partes; cuentan con recursos financieros inagotables; utilizan pasaportes de Estados Unidos como ciudadanos naturalizados de ese país o documentos reales o falsos de otros numerosos países, y emplean los medios más sofisticados de terror y crimen.
¿Quién si no la CIA, al amparo de las condiciones de dominio e impunidad imperialistas establecidas en este hemisferio, puede realizar estos hechos?
Un aspecto importante es la estrecha asociación de la Agencia Central de Inteligencia con las tiranías de Nicaragua y Chile para llevar a cabo estos planes.
Aunque ya en los días del ataque mercenario a Girón los territorios de Nicaragua y Guatemala sirvieron de base a las agresiones armadas contra Cuba, y más adelante los ataques piratas se llevaron a cabo desde bases en Miami, Puerto Rico, Santo Domingo y Costa Rica, en la actualidad los mismos grupos de elementos contrarrevolucionarios están siendo utilizados también por Somoza y Pinochet de acuerdo con los fines específicos de cada cual, no solo contra Cuba, sino también contra Panamá, Jamaica, Guyana, el movimiento popular chileno y otros movimientos progresistas latinoamericanos.
Es bien conocido que la CIA, siempre que fraguó un plan de acción contra Cuba en los días de Girón o más adelante, para perpetrar la interminable cadena de ataques piratas, actos subversivos y desembarco de armas organizados y dirigidos por ella, en cada ocasión enmascaró siempre sus actividades bajo el manto de determinadas organizaciones contrarrevolucionarias cubanas. Es imposible recordar la cantidad de nombres y siglas que esta tenebrosa institución yanki ha creado.
El pasado mes de junio un grupo de organizaciones contrarrevolucionarias terroristas radicadas todas en Estados Unidos -las denominadas Frente de Liberación Nacional de Cuba, Acción Cubana, Movimiento Nacionalista Cubano, Brigada 2506 y F-14, integradas en su mayoría por elementos que han trabajado para la CIA durante varios años y recibieron de ella el entrenamiento-, se reunieron en Costa Rica para crear un llamado Comando de organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU).
Estos grupos no solo actúan libre e impunemente desde territorio de Estados Unidos, sino que sus cabecillas principales, a través de la organización CORU, están estrechamente vinculados a las actividades de la CIA contra Cuba.
No siempre las acciones son realizadas por elementos de estos grupos de cobertura. Muchas veces la CIA realiza el sucio trabajo por otros medios, y las organizaciones creadas sirven para atribuirse la paternidad de los hechos.
En Estados Unidos estos grupos proclaman públicamente sus crímenes y anuncian nuevos actos vandálicos.
En el mes de agosto de 1976 apareció publicado en un periódico contrarrevolucionario que se edita en Miami un supuesto parte de guerra, donde después de referir cómo volaron un automóvil frente a la Embajada cubana en Colombia y destruyeron las oficinas de Air Panamá, declaran al final textualmente: “Muy pronto atacaremos aeronaves en vuelo…” Y firman las cinco organizaciones terroristas radicadas en Miami que anteriormente señalamos.
En otro periódico de Miami, el 19 de septiembre de este propio año, vemos una descripción detallada que hace el CORU de cómo fue el intento de secuestro del cónsul cubano en Mérida y el asesinato del técnico pesquero Artagnán Díaz Díaz combinado con el proyecto de dinamitar la Embajada cubana en México. Dos de los asesinos habían volado de Miami a México con pasaportes norteamericanos para realizar los hechos, y fueron arrestados en ese país después del crimen. Un tercero regresó a Estados Unidos para escapar a la acción de la justicia mexicana.
En otro de los libelos que se publica en Miami, aparece el día 9 de septiembre de 1976 una página gráfica sobre un supuesto congreso de la organización terrorista Brigada 2506 celebrado en esa ciudad. En la misma se incluye la foto del tirano Somoza haciendo el resumen del acto y junto a él un representante yanki, Claude Pepper.
En otra publicación aparece la foto de una asamblea de esos grupos contrarrevolucionarios donde se encuentran presidiendo el acto, según reza el pie de grabado, Julio Durán, embajador de Chile en Naciones Unidas; el alcalde de Miami, Maurice Ferrer; el coronel Eduardo Sepúlveda, cónsul general de Chile en Miami; y el congresista norteamericano Tom Gallager.
¿Qué tiene de extraño que ahora el CORU reivindique ante la agencia AP la repugnante hazaña de haber dinamitado en el aire un avión de pasajeros con 73 personas a bordo?
¿Qué tendría de extraño que estos mismos elementos fuesen los autores del asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier, cuya muerte indignó a la opinión latinoamericana y mundial?
Haciendo un recuento de los actos terroristas llevados a cabo contra Cuba, después que el Gobierno de Estados Unidos lanzó sus insolentes amenazas contra nuestro país, tenemos los siguientes:
Año 1976. Seis de abril. Dos barcos pesqueros, “Ferro 119″ y “Ferro 123″, son atacados por lanchas piratas procedentes de la Florida causando la muerte al pescador Bienvenido Mauriz y graves daños a las embarcaciones.22 de abril. Una bomba es colocada en la Embajada cubana en Portugal ocasionando la muerte de dos compañeros y heridas graves a varios más, destruyendo totalmente el local.5 de julio. La misión de Cuba ante la ONU es objeto de un atentado con explosivos ocasionando importantes pérdidas materiales.9 de julio. Una bomba hace explosión en el vagón que cargaba los equipajes del vuelo de Cubana de Aviación, en el aeropuerto de Jamaica, momentos antes de ser transbordados.10 de julio. Una bomba estalla en las oficinas de la British West Indies de Barbados, que representa los intereses de la Cubana de Aviación en ese país.23 de julio. Un técnico del Instituto Nacional de la Pesca, Artagnán Díaz Díaz, es asesinado en un intento de secuestrar al cónsul cubano en Mérida.9 de agosto. Dos funcionarios de la Embajada cubana en Argentina son secuestrados sin que se haya vuelto a tener noticias de ellos.18 de agosto. Una bomba hace explosión en las oficinas de Cubana de Aviación en Panamá, causando daños de consideración.6 de octubre. Es destruido en pleno vuelo un avión de Cubana de Aviación con 73 personas a bordo.
Como se puede apreciar, en solo dos meses fueron organizados dos sabotajes de extraordinaria gravedad contra aviones cubanos en vuelos internacionales repletos de pasajeros, uno de los cuales resultó fatal.
Detrás de estos hechos está la CIA. Y casi sin excepción en todas las ocasiones, las organizaciones terroristas que radican en Estados Unidos y actúan impunemente en territorio de ese país, esencialmente las cinco que integran el conjunto llamado CORU, se atribuyeron la paternidad de los mismos.
Deseo recordar que la CIA ha sido autora de procedimientos delictivos que han estado afectando de modo creciente a la comunidad internacional en los últimos años, La CIA inventó y alentó los secuestros de aviones para aplicarlos contra Cuba en los primeros años de la Revolución; la CIA inventó los ataques piratas desde bases extranjeras en su política de agresiones contra Cuba; la CIA inventó la desestabilización de gobiernos extranjeros; la CIA reeditó en el mundo moderno la funesta política de planear e intentar el asesinato de dirigentes de otros estados; la CIA inventó ahora el tenebroso recurso de hacer estallar aviones civiles en pleno vuelo. Es necesario que la comunidad mundial tome conciencia de la gravedad que tales hechos implican.
Aun cuando el Senado de Estados Unidos investigó y reconoció públicamente los incontables planes de la CIA para asesinar a los dirigentes de la Revolución Cubana y su consagración a esa tarea durante varios años, el Gobierno de Estados Unidos no ha dado ninguna explicación de tales hechos al Gobierno de Cuba ni ha pedido siquiera la menor excusa.
Tenemos la sospecha de que el Gobierno de Estados Unidos no ha renunciado a tales prácticas. El 9 de octubre, solo tres días después del criminal sabotaje de Barbados, fue interceptado un mensaje enviado por la CIA a un agente suyo en La Habana. Dicho mensaje, trasmitido desde el centro principal de la CIA en Langley, Virginia, dice textualmente, entre otras cosas: “Favor informar primera oportunidad cualquier dato respecto asistencia Fidel ceremonia primer aniversario independencia de Angola día 11 de noviembre. Caso afirmativo, tratar de averiguar itinerario completo visita Fidel otros países mismo viaje”.
Otra instrucción de fecha anterior dice así:
¿Cuál es la reacción oficial y particular sobre ataques de bombas contra oficinas cubanas en el extranjero? ¿Qué van a hacer para evitarlas y prevenirlas? ¿De quién se sospecha como responsables? ¿Habrá represalias?
Esperamos que el Gobierno de Estados Unidos no se atreva a negar la veracidad de estas instrucciones de la oficina central de la CIA y otras muchas que en flagrantes actos de espionaje ha cursado a la misma persona. Poseemos la clave, las cifras y todas las pruebas de la autenticidad de estas comunicaciones. En este caso concreto, el supuesto agente reclutado por la CIA, desde el primer instante y durante 10 años ha mantenido al Gobierno de Cuba detalladamente informado de todos sus contactos con la misma, los equipos y las instrucciones recibidas (Aplausos). La CIA suponía que el agente había logrado colocar un microtrasmisor electrónico moderno, que le fuera entregado por esta, nada menos que en el despacho del compañero Osmany Cienfuegos, Secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros. De ahí la seguridad con que presumía recibir, con la debida antelación, la información pertinente sobre cualquier viaje del Primer Ministro de Cuba al extranjero.
Los que imaginan que la CIA se ha enmendado un ápice por las denuncias que en el propio seno de la sociedad norteamericana se han producido sobre sus espeluznantes hechos, están en un profundo error. Sus métodos, en todo caso, se harán más sutiles y más pérfidos.
¿Para qué deseaba la CIA conocer el itinerario exacto del posible viaje del Primer Ministro a Angola y otros países de Africa con motivo del 11 de noviembre? ¿Por qué deseaba conocer qué medidas se tomarían para evitar y prevenir los actos terroristas?
Dada la importancia de este hecho y su valor esclarecedor sobre la conducta y las actividades de la CIA, hemos considerado la conveniencia de hacerlo público aunque ello implica el sacrificio de una fuente valiosa de información (Aplausos).
Hace tres años el Gobierno de Cuba suscribió un acuerdo sobre piratería aérea, marítima y otros delitos con el Gobierno de Estados Unidos, que fue por parte de nuestro país una importante contribución a la solución del grave problema mundial de los secuestros de aviones. El Gobierno de Cuba no exigió condición alguna, ni siquiera el cese del criminal bloqueo económico que el Gobierno de Estados Unidos mantenía sobre nuestro país, para suscribir ese acuerdo. Cuba, además, sin la menor obligación legal devolvió a una empresa norteamericana los 2 millones de dólares que unos secuestradores habían traído consigo y que fueron confiscados por nuestras autoridades.
En cierta ocasión las autoridades cubanas en el aeropuerto de Rancho Boyeros salvaron la vida a numerosos ciudadanos norteamericanos que, procedentes de la Florida, tuvieron que efectuar un aterrizaje de emergencia después que la policía norteamericana había destruido a tiros las gomas del avión en un intento inútil de retenerlo en tierra. Exactamente haríamos en cualquier situación similar, por razones estrictamente humanitarias.
¡Qué diferente de la brutal conducta de los que armaron las manos asesinas y alentaron la destrucción de nuestro avión en Barbados!
Cuba nunca hizo ni hará propaganda a los secuestradores de aviones, y está en disposición de colaborar realmente con cualquier gobierno responsable en la lucha contra la piratería y el terrorismo aéreo.
Pero el Gobierno de Estados Unidos ha sido incapaz de cumplir el espíritu y la letra del acuerdo suscrito con Cuba en febrero de 1973.
Después del asesinato impune de un pescador cubano y la destrucción de dos lanchas por un ataque pirata en la proximidad de la Florida, advertimos al Gobierno de Estados Unidos que si tales hechos se repetían y sus autores no eran ejemplarmente sancionados, el convenio dejaría de tener vigencia (Aplausos). No hubo respuesta. El crimen no fue investigado ni sancionado.
Los hechos ocurridos con posterioridad son mucho más graves, porque la acción terrorista desencadenada por la hostilidad y la política de Estados Unidos hacia Cuba ha culminado en la increíble barbarie de destruir aviones civiles cubanos en pleno vuelo.
El acuerdo suscrito entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba el 15 de febrero de 1973, no puede sobrevivir a este brutal crimen (Aplausos y exclamaciones de: “¡Fidel, seguro, a los yankis dales duro!”)
El Gobierno de Cuba se ve en la necesidad de cancelarlo y así lo comunicará esta misma tarde al Gobierno de Estados Unidos (Aplausos). Conforme a los términos textuales de dicho acuerdo, en cualquier momento de su período de vigencia y mediante denuncia escrita, formulada con seis meses de anticipación, una de las partes podrá comunicar a la otra su decisión de dar por terminado el mismo. Ateniéndonos estrictamente a lo convenido y procediendo a la notificación de su denuncia en el día de hoy, 15 de octubre de 1976, dicho acuerdo tendrá vigencia solamente hasta el 15 de abril de 1977, y no volveremos a suscribir con Estados Unidos ningún acuerdo de esta índole (Aplausos) hasta que cese terminantemente la campaña terrorista desatada contra Cuba, se brinden garantías efectivas contra estos hechos a nuestro pueblo, y se ponga definitivamente fin a los actos de hostilidad y de agresión de Estados Unidos contra Cuba (Aplausos). No puede haber colaboración de ninguna índole entre un país agresor y un país agredido.
Si después del 15 de abril de 1977, cuando cesará la vigencia del acuerdo, cualquier avión comercial norteamericano fuese desviado a Cuba, tanto el equipo como la tripulación y los pasajeros recibirán todas las facilidades para regresar de inmediato a su país (Aplausos).
Cuba no alentará jamás los secuestros aéreos ni será tolerante con sus autores, pero no puede mantener compromisos virtualmente unilaterales de devolver o castigar a los mismos con un gobierno sobre el que recae la responsabilidad fundamental de esta infame ofensiva terrorista contra nuestro país.
Los acuerdos suscritos en este sentido con Canadá, México, Colombia y Venezuela, seguirán con plena vigencia.
Cuba está dispuesta también a colaborar con México, Panamá, Venezuela, Colombia, Jamaica, Trinidad Tobago, Guyana, Barbados y los demás países del área del Caribe y Centroamérica que sean capaces de actuar de buena fe, en cualquier conjunto de medidas que se consideren apropiadas para combatir estos crímenes.
Cuba incluso mantiene la disposición de discutir con Estados Unidos, sea cual fuese el gobierno electo el próximo mes de noviembre, una solución a estos problemas, pero tiene que ser, repito, sobre la base del cese definitivo de todo acto de hostilidad y agresión a nuestra patria (Aplausos).
Podríamos preguntarnos qué se pretende con estos crímenes. ¿Destruir la Revolución? (Exclamaciones de: “¡No!”) Es imposible. La Revolución emerge más vigorosa frente a cada golpe y cada agresión, se profundiza, se hace más consciente, se hace más fuerte (Aplausos). ¿Intimidar al pueblo? (Exclamaciones de: “¡No!”) Es imposible. Frente a la cobardía y la monstruosidad de crímenes semejantes el pueblo se enardece, y cada hombre y mujer se convierte en un soldado fervoroso y heroico dispuesto a morir (Aplausos).
La Revolución nos inculcó a todos la idea de la fraternidad y la solidaridad humana. A todos nos hizo hermanos entrañables en los que la sangre de uno pertenece a todos y la sangre de todos pertenece a cada uno de los demás (Aplausos). Por eso el dolor es de todos, el luto es de todos, pero la invencible y poderosa fuerza de millones de personas es nuestra fuerza. ¡Y nuestra fuerza no es solo la fuerza de un pueblo, es la fuerza de todos los pueblos que ya se redimieron de la esclavitud y la de todos los que en el mundo luchan para erradicar del seno de la sociedad humana la explotación, la injusticia y el crimen! (Aplausos.)
Nuestra fuerza es, en fin, la fuerza del patriotismo y la fuerza del internacionalismo. Las ideas por las que luchamos son estandarte de los hombres más honestos y dignos del mundo de hoy y el emblema seguro y victorioso del mundo de mañana.
El imperialismo, el capitalismo, el fascismo, el neocolonialismo, el racismo, la brutal explotación del hombre por el hombre en todas sus formas y manifestaciones, se acercan al ocaso en la historia de la humanidad, y sus enloquecidos servidores lo saben; por eso sus reacciones son cada vez más desesperadas, más histéricas, más cínicas, más impotentes. Solo eso puede explicar crímenes tan repugnantes y absurdos como el de Barbados.
Durante más de 100 años ha sido recordado y condenado con inextinguible indignación el fusilamiento de los estudiantes de medicina en 1871. Durante miles de años nuestro pueblo recordará, condenará y aborrecerá en lo más profundo de su espíritu este horrible asesinato.
¡Nuestros atletas sacrificados en la flor de su vida y de sus facultades serán campeones eternos en nuestros corazones (Aplausos); sus medallas de oro no yacerán en el fondo del océano, se levantan ya como soles sin manchas y como símbolos en el firmamento de Cuba; no alcanzarán el honor de la olimpiada, pero han ascendido para siempre al hermoso olimpo de los mártires de la patria! (Aplausos.)
¡Nuestros tripulantes, nuestros heroicos trabajadores del aire y todos nuestros abnegados compatriotas sacrificados cobardemente ese día, vivirán eternamente en el recuerdo, en el cariño y la admiración del pueblo! (Aplausos) ¡Una patria cada vez más revolucionaria, más digna, más socialista y más internacionalista (Aplausos) será el grandioso monumento que nuestro pueblo erija a su memoria y a la de todos los que han caído o hayan de caer por la Revolución! (Aplausos.)
Hacia nuestros hermanos guyaneses y coreanos inmolados ese día, va también nuestro recuerdo más ferviente en estos instantes. Ellos nos recuerdan que los crímenes del imperialismo no tienen fronteras, que todos pertenecemos a la misma familia humana y que nuestra lucha es universal (Aplausos).
No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!